Dado el cariz que han ido tomando los chistes, no puedo por menos que aportar mi granito de arena.
Va un hombre a un restaurante y pide de primer plato una sopa. Cuando van a servirle, se sorprende al ver que el camarero lleva un dedo metido dentro del plato. Como no quiere quedarse con la incertidumbre, le hace la pregunta de rigor:
- ¿Se puede saber por qué lleva usted el dedo dentro de mi sopa?
Contesta el camarero:
- Verá, es que me ha picado una avispa y el médico dice que me viene bien tenerlo en caliente.
A lo que el cliente, indignado, responde:
- Pues oiga, podía usted meterse el dedito por el culo.
Y el camarero replica:
- Coño, ¿qué se cree que hago entre plato y plato?