En Burgos, 1000 personas.
El movimiento anti bipartitocracia está en marcha, tienen miedo, les aterran posibles cambios en su plácido status quo, pérdidas en su omnímodo poder, se mueren por arrimar el ascua a su sardina o al menos quedar secos del chaparrón que está exactamente en la vertical de sus cabezas.
Siempre han temido que el poder emane realmente del pueblo y no de sus ponzoñosas estructuras, esa es la esencia de la democracia y no la vacía palabra en la que la han convertido, ellos y sus aparatos afines, con sus ansias sistemáticas de manipulación y de idiotización.
No están dispuestos a ceder en nada de su tiranía, no están dispuestos a la participación, a las listas abiertas, al debate, a todo aquello que les aterra y les resta poder para darle algo a la ciudadanía.
Pero la gente empieza a comprender que existe alternativa a ellos y la bipartitocracia luchará con todas sus fuerzas para desactivarlo, manipularlo, desgastarlo, minimizarlo, desprestigiarlo. Les va la olla en ello.