Mientras las redes sociales nacionales bullen con notas informativas: convocatorias de caceroladas en los diferentes campamentos repartidos por nuestra geografía, guías de sindicatos no mayoritarios (como es la CGT) que aconsejan qué hacer en diferentes supuestos legales o mapas de la corrupción en España, algo más grande jamás imaginado se cuece en Europa.
Tras el aluvión de mensajes que recorren las redes sociales y blogs desde el pasado domingo, día de la primera manifestación, y de las acampadas y concentraciones convocadas por todo el país, la llamada "spanishrevolution" ha traspasado nuestras fronteras para hacerse "europeanrevolution".
Si, en un primer momento, fueron los residentes en Londres los que decidieron plantarse frente a la embajada española en el país como muestra de solidaridad con los movimientos ciudadanos que se estaban organizando en diferentes lugares de España, ahora algunos de los principales países de la Unión Europea se han sumado a la causa.
Nuestros vecinos, Francia y Portugal, han visto cómo a través de la web 2.0 se convocaban concentraciones en cuestión de pocas horas. "París Toma la Calle" es el grupo de Facebook donde se organiza y convoca el movimiento francés, mientras que, en el caso de Portugal, no sólo en la capital, Lisboa, se ha visto reflejado el movimiento sino que otras ciudades se han sumado al mismo: Oporto, Coimbra, Faro y Braga.
También en Italia, han comenzado las acampadas y movilizaciones, ciudades como Roma, Bologna, Torino, Padova, o Milán han sido las primeras en unirse para mostrar su descontento o su "indignación" con la situación, económica, social y política de Italia.
Nuestros vecinos del norte, tradicionalmente más alejados e indiferentes a lo que sucede en nuestro país, se han visto contagiados por la vorágine contestataria. Así, países como Irlanda, Alemania u Holanda han visto como sus ciudadanos y españoles residentes, salían a la calle con el objetivo de hacer oír en sus capitales la voz de millones de ciudadanos descontentos con el sistema político y económico actual. Quejas contra gobiernos, partidos políticos, medidas económicas, sistemas bancarios o rescates financieros han traspasado las fronteras de nuestro país y se han hecho, si cabe, aún más grandes...
Ahora es el momento... ¡Unete a la lucha del pueblo!
¡Democracia real ya!