Dejad de atacar al pobre Salvaje porque solo ha expresado su opinión, tan defendible como la de otra persona cualquiera.
En LE-ZA-SA hay personas que se sienten castellanas y personas que se sienten leonesas. Y personas que se sienten solo españolas y de su provincia. Las dos primeras acepciones no llegarán a sumar ni el 2% del voto juntas, mientras que la tercera copa el 95% del voto.
En definitiva, que cada uno se sienta de donde le plazca, pero no hay una razón absoluta. Hay que respetar a todo el mundo, y sobre todo no romperse la cabeza con un tema que no tiene solución.
Cuando históricamente SA-ZA han sido Reino de León pero tienen siglos de cultura castellana vienen los problemas. Pero lo que está claro es que la ciudad de Valladolid y a veces la de Palencia (no así sus provincias) también han sido históricamente Reino de León, pero de leonesas no tienen nada.
Por tanto, creo que los argumentos que son válidos para unas han de ser también para otras, no se puede tener diferente vara de medir en un análisis socio-cultural serio.
En primer lugar, las provincias son un desastre cómo están configuradas. En el momento que partimos de esa base tenemos dos opciones:
-No admitir la configuración provincial, y por tanto "deslindar" León y Castilla, teniendo claro que las ciudades de Valladolid y Palencia van derechitas a León, si nos ponemos tiquismiquis con la Historia, entrando en un proceso de "deslinde" de Comunidades de Villa y Tierra y demás historias muy bien documentadas en los libros de Anselmo Carretero.
-Admitir la configuración provincial, y entonces aplicar exactamente el mismo criterio a VA y PA que a SA y ZA, es decir, históricamente Reino de León, pero con cultura castellana, admitiéndolas las 4 en Castilla.
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Y creo que convendréis conmigo en que no aceptar la configuración provincial a las alturas de la película en que nos encontramos es bastante inviable, por no decir del todo inviable.
Porque por esa regla de tres, quitamos todas las comarcas del sur de Albacete, nos anexionamos la Vera de Plasencia, la Comunidad de Villa y Tierra de Béjar, los Llanos de Requena y unas cuantas pajas mentales más, que son estupendas (todos querríamos la "pureza" territorial en un mundo chupi-guay donde las calles fueran de piruletas y las fuentes de chocolate), pero que son completamente inviables en un proyecto que mira al siglo XXI.
Y desde luego, si el castellanismo mira más al siglo XIII que al siglo XXI, que paren el barco que yo me bajo.

