Lo que no es de recibo es que cada vez que se retira un símbolo del franquismo (el falangismo o el jonsismo poco o nada tienen que ver con el franquismo, salvo la utilización que Franco hizo de su aparato externo) parece que se ha ganado una nueva batalla de una imaginaria guerra civil que nunca acabará para algunos, pues sí, la Guerra terminó hace ya un buen número de décadas, la ganaron pese a quién pese Franco y los que le apoyaron y queren reescribir la historia cuanto menos es una imbecilidad que no sirve sino para crear odio. Siguiendo estos razonamientos absurdos de algunos deberíamos quitar la escultura del asesino de Largo Caballero de Nuevos Ministerios o reabrir el proceso a Carrillo aunque sólo sea para que pague moralmente por su responsabilidad en los asesinatos de Paracuellos ... Esto es venganza no justicia ... y, por cierto, no sería mucho más sensato y democrático reconvertir el Valle de los Caídos en un lugar de encuentro, en un lugar donde mostrar los horrores de la GCivil , para que de una santa vez los de izquierdas y de derechas nos enteremos que primero están las personas y luego las ideologías y los pueblos. Que se retire la tumba de Franco y José Antonio y se entreguen sus cadáveres a sus familias o a sus seguidores si quieren honrarles a título particular, que se haga un museo con los símbolos de ambos bandos, no sé, hay mil manera de hacer esto con inteligencia y sin dañar la sensibilidad de nadie pero parece que esto no es propio de nuestra cultura cainita que solo se siente satisfecha cuando conseguimos humillar al que no piensa como nosotros ...
Claro, en el mundo de la piruleta retirar la estatua de Onésimo Redondo de uno de los puntos más visibles de toda la provincia, sino el que más, debe de ser a) venganza y no justicia y/o b) humillación a quien no piensa como nosotros. Humillación es tener eso ahí durante 35 años en un régimen que se denomina democrático. Que se lo lleven a un museo o que se lo regalen a los falangistas, pero a mi y a miles de vallisoletanos que no nos estén recordando todos y cada uno de los días que pasamos por debajo del cerro los 40 años de negra historia del fascismo español. Y sinceramente, si tan poco os importa que se eliminen estas exaltaciones del franquismo/falangismo, no se porque se pone el grito en el cielo cada vez que se retiran de las calles estatuas, monumentos y simbología de la
dictadura.
Pues no señor/a: Aquí no existe una imanginaria guerra civil. Existe un estado que durante décadas y décadas ha pretendido silenciar la existencia de una guerra civil, de una dictadura y de unas víctimas desparramadas por las cunetas de medio país. Y ahora que parece que la sociedad civil fuerza a las instituciones a una higiene democrática porque los miedos de la
transición han desaparecido, nos surgen meapilas de debajo de las piedras para alabar un periodo
de extraordinaria placidez y para decirnos que a quien le molesten los monumentos de exaltación al fascismo que se aguante y mire para otro lado.
En resumen, argumentos de quienes se oponen a la reparación de las víctimas:
- Los rojos intentáis borrar la Historia (claro, recuperar la memoria de los muertos o esclarecer los hechos del pasado es equivalente a borrar la Historia)
- Los rojos intentáis abrir heridas pasadas (bien fácil decirlo cuando aún hay tantas personas buscando a familiares en fosas comunes)
- Los rojos intentáis ganar ahora la guerra que perdísteis en el 39. Buscáis venganza (claro, y si violamos a unas monjas de paso, mejor. Sin comentarios)
- Los rojos vivís en la Guerra Civil (sí, y algunos siguen viviendo en el franquismo, por lo que se ve, dado que para muchos retirar una placa en honor a un golpista es tan ofensivo)
- Y la perla final:
¿Y qué me dices de Santiago Carrillo? Léase checas, Largo Caballero, Octubre del 34, quemas de conventos, genocidio de Pol Pot, etc...
Saludos.