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http://www.lahaine.org/index.php?p=55687El trasvase de presos de cárceles kurdas a prisiones del Mar Negro para poder albergar a nuevos reclusos, el boicot al Parlamento turco y la reciente declaración de autonomía hacen intuir a los nacionalistas kurdos una operación de gran envergadura como la de diciembre de 2009.
El pasado 12 de junio el nacionalismo kurdo se arremangó la zamarra y comenzó a enseñar músculo. Los 36 diputados obtenidos por el pro kurdo Partido Paz y Democracia (BDP) en las elecciones generales turcas suponían el mejor resultado desde la legalización de las formaciones políticas kurdas. Entre los diputados elegidos, se encontraban Hatip Dicle y cinco compañeros de partido, en prisión por «enaltecimiento del terrorismo». La sentencia de inhabilitación dictada por la Junta Electoral Suprema llevó al BDP a boicotear la sesión de investidura parlamentaria y a una renuncia temporal a sus escaños que todavía prosigue.
El BDP, que planteó los comicios generales como un plebiscito sobre la autonomía, siguió con su hoja de ruta y el Congreso para una Sociedad Democrática (DTK), organización paraguas del nacionalismo kurdo, declaró la autonomía de forma unilateral el pasado 14 de julio ante la negativa del Gobierno del primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan de incluir el estatuto para Kurdistán en las reformas constitucionales que plantea.
Descabezar el DTK
Demasiada osadía y exhibición de fuerza de la minoría kurda ante el Gobierno islamista del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) que debe velar por la integridad y cohesión nacional de la República de Turquía. A la escalada de tensión en la esfera política, se han sumado las últimas acciones armadas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que se han saldado con una veintena de muertes en las filas del ejército y la policía turca en el último mes.
Un caldo de cultivo idóneo para que bajo el pretexto de conexiones con «organización terrorista», el PKK concretamente, el poder legislativo y judicial de Ankara lleve a cabo una operación para debilitar la columna vertebral de un nacionalismo kurdo que tuvo que recomponerla recientemente tras la ilegalización del Partido de la Sociedad Democrática (DTP) en diciembre de 2009. Conociendo el modus operandi del Gobierno de Erdgoan, es probable que si finalmente la operación se lleva a cabo, ésta se realice después del mes de Ramadán.
Ante esta coyuntura e intentando avanzarse a los acontecimientos, Selahattin Demirtas, uno de los máximos responsables del BDP, señaló en una reunión de partido celebrada en Diyarbakir que «desde la declaración de autonomía el Congreso para una Sociedad Democarática (DTK) se ha situado en el punto de mira del Gobierno turco». En este mismo sentido, el diputado electo en la demarcación de Hakkari, añadió que «el traslado de muchos presos de la región a cárceles del Mar Negro, es un claro indicio de que algún tipo de operación se va a llevar a cabo en las próximas fechas».
Como ha sucedido en otras ocasiones, determinados medios de comunicación están anticipando la proximidad de una gran operación policial, hecho que según Demirtas sirve «para preparar psicológicamente al entorno del nacionalismo kurdo».
En las últimas jornadas, periódicos afines al nacionalismo kurdo como Gündem y el rotativo en lengua kurda, Azadiya Welat, están alertando en sus portadas de la eventualidad de una operación contra políticos del BDP y organizaciones vinculadas.
Demirtas también afirmó que «una nueva operación sólo contribuirá al aumento de la tensión entre el gobierno de Ankara y los kurdos y supondrá un estancamiento en el proceso de solución del conflicto kurdo».
Finalmente el líder nacionalista advirtió al ejecutivo de Erdogan que «los proyectos del DTK y BDP y la implementación autonómica continuarán con paso firme» y añadió que «no vamos a cambiar nuestra actitud si el Gobierno opta por llevar a cabo detenciones políticas en lugar de escuchar y evaluar nuestras sugerencias». La ilegalización del DTP como cercano antecedente
El 11 de diciembre de 2009 el Tribunal Constitucional de Turquía dictó la ilegalización del pro kurdo Partido de la Sociedad Democrática (DTP), que por entonces contaba con 21 escaños en la Gran Asamblea Nacional Turca.
La decisión fue adoptada de forma unánime por «las probadas conexiones del DTP con la organización terrorista -en alusión al PKK- y porque la formación política se había convertido en un punto central de las actividades en contra de la integridad del país».
Desde su fundación en 1963, el Constitucional ha ilegalizado veinticuatro partidos, entre ellos seis formaciones kurdas.
Los 37 miembros de la ejecutiva del DTP, incluido su presidente Ahmet Türk, fueron inhabilitados de toda actividad política durante un período de cinco años.
En los meses siguientes a la ilegalización y en el marco de la misma operación se encarcelaron a 1.600 políticos y activistas kurdos.