me detení en leer este escrito de javier benedit, de la agrupación de TC-Madrid, que francamente, tal vez éste no sea el sitio, pero más de uno que tenga dos minutos, beberia pararse a leer dicho texto, que no tiene desperdicio alguno.
El Castellanismo y los diferentes ámbitos territoriales de Castilla
Javier Benedit. Tc-Pnc Madrid
Es esencial dotar a TC de una imagen y un discurso castellanista propio cercano al ciudadano castellano que se aleje del estereotipo nacionalista de otras partes del Estado que no tienen cabida en la realidad actual de nuestra tierra. Propuestas basadas en frases del tipo “liberación nacional”, “independencia”, “autodeterminación”, ..... son rechazadas de plano por la inmensa mayoría de los castellanos, se lo ponen en bandeja a nuestros detractores políticos y mediáticos y cierran la puerta a cualquier intento de discurso posterior.
Cuando se compara a TC con otros partidos nacionalistas del Estado, nos olvidamos de lo diferente que es la realidad castellana respecto de esas zonas donde como mínimo existe una conciencia básica regional común, inexistente en nuestra tierra. El CHA, que tantas veces se ha puesto como ejemplo a seguir por las similitudes histórico-sociológicas de Aragón y Castilla, ha fraguado su crecimiento nacional sobre una concepción regional aragonesa que no existe en Castilla.
Un punto básico para poder trabajar en lo nacional es tener una base regional que contenga la semilla de conciencia de pueblo. Partidos como el PAR hicieron esa labor en Aragón pero ¿Quién hace y hará ese trabajo en Castilla cuya conciencia regional ha desaparecido hasta niveles conceptuales con la división autonómica?
Nos queda apostar porque no sea necesario un escalón estricto regionalismo-nacionalismo y plantear un nacionalismo que trabaje también la conciencia regional, lo cual solo puede conseguirse con planteamientos moderados y propuestas nacionalistas que asuman la realidad plural de España, trabajando por que la realidad nacional de Castilla se contemple como parte integrante y diferenciada de esa pluralidad.
El plantear discursos anti-españolistas, además de no aportar nada a nuestras propuestas castellanistas, implican un rechazo pleno por la gran mayoría de castellanos. Centremos nuestras más duras críticas y denuncias contra aquellos que con sus políticas y hechos concretos atentan contra Castilla y sus ciudadanos.
Trabajemos sobre propuestas que nos permitan avanzar en la identidad nacional castellana pero sin planteamientos rupturistas o descalificativos de España y si tenemos que hablar del Estado que sea para aportar alternativas de futuro que permitan avanzar en su pluralidad sin perder nuestro compromiso Estado Español-Nación Castellana. (Ej.- Planteamientos federales de Estado que contemplen un Estado Federal Castellano).
Una vez centrado nuestro mensaje, debemos tener claro que el valor añadido de TC es su concepción castellanista: somos los únicos que tenemos un proyecto político específico para Castilla y para el conjunto de los castellanos y tenemos que saber explotar esto como uno de los pilares básicos de nuestra propuesta.
En esta línea, TC debe trabajar en definir políticas y mensajes que profundicen en las ventajas que aporta a nuestra gente la unidad de castilla respecto al resto de opciones que defienden su separación.
Las propuestas políticas deben dirigirse a los ciudadanos, ofreciéndoles una alternativa castellanista ilusionante para su futuro encaminada a mejorar su calidad de vida. La recuperación de la unidad de Castilla no debe estar basada solo en aspectos historicistas o culturales sino en realidades sociales y económicas cercanas a nuestra gente.
Sobre la identificación de esas realidades y la elaboración de los discursos que nos acerquen al ciudadano, debe trabajarse en el partido tanto en el ámbito general, marcando líneas y directrices básicas, como provincial y autonómico, llevando esas directrices a políticas concretas.
Las autonomías son hoy por hoy una realidad en Castilla, nos guste o no. Tratar de ignorar su existencia para articular nuestro discurso lo hace mas alejado de la realidad cotidiana de los castellanos. Debemos ser capaces de articular propuestas políticas autonómicas y dotarlas del contenido castellanista que permita articular un mensaje coherente con nuestra idea nacional.
Actualmente TC no tiene los recursos necesarios para acometer una extensión del castellanismo en la totalidad del territorio y necesita ir obteniendo resultados mas globales que permitan ver al castellanismo como una opción política de futuro. A corto-medio plazo el partido debería potenciar especialmente la acción política en aquellas provincias con mayor potencialidad, hasta conseguir avances significativos en la obtención y consolidación de poder político, social y económico que faciliten la expansión del castellanismo a otras partes del territorio.
Esto no significa el abandono del resto de provincias donde se encuentren funcionando agrupaciones; cuya continuidad y trabajo político debe estar garantizado por los órganos locales del partido; con el necesario apoyo ideológico y logístico de los órganos nacionales. Pero significa destinar a las provincias con mayor potencialidad real, una parte importante de los esfuerzos y de los recursos humanos y materiales del partido y asumir por el resto que esto debe ser así.
Es necesario realizar acciones políticas que lleguen al ciudadano y que deben ser especialmente activas en el ámbito de las agrupaciones locales. Estas acciones deben planificarse sobre aspectos cualitativos y no cuantitativos, de forma que con el uso de recursos mínimos se obtengan los máximos resultados de difusión. Para conseguir esto es necesario trabajar principalmente en los siguientes aspectos:
# Conocimiento por parte de los dirigentes locales de las principales problemáticas que afectan a sus ciudadanos.
# El análisis de sobre cual o cuales de esos problemas puede resultar políticamente más rentable trabajar.
# El desarrollo de propuestas específicas que den solución a esos problemas.
# Y muy especialmente, el uso de políticas de comunicación imaginativas y atrevidas que capten la atención de los medios para llegar de esta forma a los ciudadanos.
En este sentido, los órganos nacionales de dirección del partido deberían profundizar en la formación política de los dirigentes locales, la realización de directrices generales que orienten a las agrupaciones locales sobre diferentes aspectos de interés en lo relativo a la acción política y la definición de una nueva política de comunicación para TC mucho más atrevida y moderna.
Deben plantearse nuevos modos y formas de comunicar nuestro proyecto político al ciudadano, con acciones llamativas al estilo de otras asociaciones o grupos que basándose en la imaginación son capaces de captar la atención de los medios de comunicación y transmitir su mensaje.
Todo tiempo que se emplee en pensar como comunicar nuestro mensaje es el tiempo mejor empleado y toda acción política que se plantee debería serlo pensando sobre todo en como llevarla a cabo para conseguir comunicarla. Y en cuanto al atrevimiento pongamos como límite la imaginación y nuestra conciencia democrática. TC tiene mucho que ganar y poco que perder.
FORO CASTELLANISMO 2003
6.- Propuestas para la extensión del Castellanismo