Dos ratoncitos cayeron dentro de un jarro de leche. Al ser el borde del jarro demasiado alto, quedaron atrapados en el recipiente y se pusieron a nada frenéticamente so pena de hundirse. Llevaban agitándose así desde hacía un buen rato cuando uno de los dos perdió toda esperanza y abandonó la lucha. Dejó de nadar y se ahogó. El otro, extenuado, decidió seguir luchando hasta el límite extremo de sus fuerzas. Nadó y nadó sin descanso. De repente, la leche se convirtió en mantequilla y, apoyándose sobre esta nueva materia, el ratoncillo saltó por encima del borde y escapó.
¡ Hay que luchar hasta el último segundo, no rendirse y mantener siempre la esperanza !
( Extractado y glosado por Alejandro Jodorowsky )