Todos los reproches y demandas del alcalde de Valladolid y de su concejala de Comercio, Cultura y Turismo a distintos consejeros de la Junta de Castilla y León han tenido esta semana un efecto boomeran, algo que no suele ser muy habitual, y a lo que seguro que el regidor vallisoletano no está muy acostumbrado.
Bregado en mil batallas dialécticas, Javier León de la Riva comenzaba la semana en forma, cantando al presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, y al consejero de Economía, Tomás Villanueva, el «toma el chocolate, paga lo que debes» de la canción de El bodeguero, con una adaptación muy personal suya que derivó en un «tomad el canapé pero pagad lo que debéis», como previa a la visita del Rey a las instalaciones de Renault.
No se sabe o no ha transcendido qué respuesta recibió en privado de sus compañeros de partido. Pero sí la tuvo tres días después por parte del consejero portavoz del Gobierno regional, y exconcejal del Ayuntamiento de Valladolid, José Antonio de Santiago Juárez. El portavoz regional le contestó ayer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno con la canción de Albert Hammond ‘Échame a mi la culpa de lo que pase’.
Este ha sido, de momento, el último cruce de reproches, pero puede que si sube de tono el próximo se dirima con un concurso de originalidad en la búsqueda de títulos de películas, como ya pareció avanzar el propio alcalde ayer en la Cadena Cope.
Qué ha pasado durante estos cuatro días para que las habituales ‘exigencias’ del alcalde de Valladolid hayan tenido una respuesta pública inmediata, no muy positiva, por parte de, al menos, tres compañeros del Gobierno regional. ¿Quién tiene razón? ¿Y este cruce de reproches sirve para resolver los problemas de la capital o busca otros objetivos?
Deuda de la Junta
La primera duda se resolverá hoy mismo cuando se reúna el concejal de Hacienda, Alfredo Blanco, con su homónima en la Junta, Pilar del Olmo. En la cartera, Blanco lleva facturas impagadas de la administración regional por importe de 4,2 millones, según fuentes municipales. Y una buena parte, 1,5 millones, son deuda por impago de impuestos (de bienes inmuebles, de obras, etcétera) y multas al parque móvil de la Junta, es decir, sanciones por radares, excesos de velocidad y coches mal aparcados.
Esta deuda generó el primer reproche del alcalde de esta semana. Al margen de estribillos de canciones, argumenta De la Riva para poner las cosas «negro sobre blanco» que el Ayuntamiento ha tenido que pedir un crédito de 17 millones de euros, que ha firmado él, para pagar a los proveedores, mientras la Junta no le paga al Consistorio.Un buen ‘derechazo’, inesperado, que parecía inapelable por parte de la administración regional que, inicialmente, aseguró que se abordarán todas estas cuentas en la reunión de hoy y que la relación con el Ayuntamiento es «fluida».
Ryanair y aeropuerto
Pero, sin duda, la noticia que ha generado más tensión entre las dos administraciones ha sido la decisión de Ryanair de cancelar sus vuelos a Londres y a Bruselas. El cruce de reproches comenzó con las declaraciones de la concejal de Cultura, Comercio y Turismo, Mercedes Cantalapiedra, que culpó ayer al Gobierno regional de esta cancelación por no renovar el convenio promocional que tenía con la aerolínea irlandesa. «De manera global, me parece una política bastante poco acertada por parte de la Junta», aseguró Cantalapiedra. En su discursó acusó a la Junta de dejar «tirado» al Ayuntamiento y puso sobre la mesa la «discriminación» de Valladolid «que no se puede beneficiar de otras líneas de subvenciones como las del Camino de Santiago, ciudades Patrimonio de la Humanidad o el reciente convenio para apoyar la capitalidad gastronómica de Burgos».
Y eso no gustó nada al consejero de Economía, procurador por Valladolid, que defendió que no se puede «estar permanentemente aportando fondos públicos a compañías privadas para que mantengan su actividad, y más en una situación como la actual».
Una vez más recogió el guante el alcalde, que salió en defensa de su concejala, y reprochó a Villanueva que no es «de recibo» tomar decisiones «en determinados temas» en función del rendimiento económico, pues de ser así la Junta podría plantearse el cierre del transporte a la demanda «porque no es rentable», el Ayuntamiento de Valladolid «haría lo propio con Auvasa», y se retirarían las ayudas a los mineros del carbón «y que lo vendan si pueden». Nuevo derechazo que implicó a otro consejero más, el de Fomento, en la polémica.
Aunque de momento, sólo la consejera de Cultura y Turismo, Alicia García, se ha pronunciado y rebajó la tensión al asegurar que Cantalapiedra «entendió» la situación cuando conoció la existencia del acuerdo que existía entre la Junta y Ryanair, y su carácter únicamente promocional.
Aunque en una vuelta de tuerca más, el alcalde predijo ayer que una de las derivaciones de la cancelación de los vuelos de Ryanair es que esto «puede acabar desembocando en que ni un solo aeropuerto de la Comunidad pueda salir adelante, debido a que la gente terminará por optar por ir a Madrid-Barajas».
Un mensaje, de nuevo, dirigido al consejero de Fomento que siempre ha mantenido la postura opuesta al regidor vallisoletano, es decir, apostar por mantener cuatro aeropuertos en la región.
Turismo
¿Por qué Cantalapiedra y el alcalde defienden con uñas y dientes estos vuelos? Ambos consideran que la llegada de turistas internacionales ayudará a remontar las estadísticas negativas de visitantes. Y han puesto a la Sociedad de Turismo a recopilar información sobre la cuantía económica del acuerdo que mantenían la Junta y Ryanair para intentar mantener los dos vuelos con un apoyo extra municipal. Cantalapiedra exige es dinero a la Junta porque entiende que en los últimos años, «excepto las promociones globales de las nueve provincias que tiene la Junta», el Ayuntamiento no ha contado con «apoyo directo» alguno para el turismo.
Y recibió, una vez más, la contestación del consejero de Economía, que le recordó inmediatamente a la edil que las competencias del Ayuntamiento pasan por «provocar» que se incremente el número de visitantes que anualmente recibe la ciudad.
Publicación de bienes
El alcalde también ha estado durante toda la semana en el foco de atención después de que el lunes el Grupo Popular rechazara una moción de IU para establecer un programa de medidas para «evitar» y «prevenir» la corrupción, que contemplaba la difusión pública del patrimonio de los ediles.
Sin embargo, De la Riva cambió de parecer el miércoles. Todos los altos cargos de su partido en Valladolid y el propio presidente de la Junta ya habían hecho público su patrimonio. Él esperará al próximo Pleno para aprobar una modificación del reglamento y publicar las declaraciones de bienes en la web municipal. Pero no se suma al presidente y secretario general del PP de Valladolid que ya las publicaron en la web del partido.
Pero su cambio de postura o rectificación no esta exento de sus habituales apostillas, ya que considera que «lo importante» de las declaraciones de bienes de los representantes públicos es que «en algún lugar» se pueda comprobar los incrementos de patrimonio que han tenido desde que comenzaron su actividad y no «el marujeo» que a su juicio causan las informaciones en los últimos días.
Argumento inapelable, pero para el que volvió a utilizar a una consejera de la Junta, al recordar que la publicación en los últimos días de las declaraciones de bienes de los consejeros de la Junta o de los diputados de Valladolid «está sirviendo para marujeo, para hacer bromas sobre la media Vespa de la consejera de Cultura».