Un profesor de la Universidad del País Vasco afirma en un libro que la Tierra es el centro del UniversoEl físico Juan Carlos Gorostizaga, profesor de matemáticas de la Escuela Técnica Superior de Náutica y Máquinas Navales de la Universidad del País Vasco (UPV), y el matemático Milenko Bernadic, profesor de Secundaria, acaban de publicar Sin embargo no se mueve, un libro en el que defienden que la Tierra es el centro del Universo. El docente vasco no sólo es geocentrista, sino también creacionista de la Tierra joven. Cree que “el Dios Uno y Trino creó la Tierra, el Universo y todo lo que éste contiene -incluido el hombre- desde la nada, hace unos 6.000 años” y considera históricos hechos como la expulsión de Adán y Eva del Paraíso, y todos los demás narrados en el Antiguo Testamento.
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Gorostizaga imparte clases en la UPV, donde forma a los futuros marinos mercantes. Supongo que no hay modo de apartar de la docencia a alguien que ha sacado unas oposiciones y fomenta la anticiencia, porque, si no, no me explico que este físico siga de profesor en una universidad pública a pesar de que lleva años haciendo gala de su geocentrismo y creacionismo, de cosas como que, “hace unos 4.000-5.000 años, la Humanidad llegó a un nivel tal de degradación y corrupción que Dios tuvo que destruirla mediante un cataclismo global, el Diluvio Universal, del que únicamente se salvó Noé y su familia”.
http://blogs.elcorreo.com/magonia/2013/02/04/un-profesor-de-la-universidad-de-pais-vasco-afirma-en-un-libro-que-la-tierra-es-el-centro-del-universo/Gilicentrismo más bien...
Pero oye que risas cada vez que ciertos fanáticos religiosos intentan darle su vuelta de tuerca a la ciencia aportando su particular y peculiar granito. Como recientemente cuando se hizo famoso el bosón de Higgs, más conocido como la "partícula de dios", a algunos se les hizo la sotana pepsicola creyendo que esa partícula guardaba relación con sus creencias, sin caer en la cuenta que esa partícula de dios, además de no tener absolutamente nada que ver con todo eso, recibía ese nombre de la contracción de goddamn particle ---> god particle. O en castellano, la maldita partícula, por ser esquiva como ella sola.