Todos sabemos que el patrimonio histórico, artístico y arquitectónico de Castilla es impresionante y que en este aspecto no hay provincia que pueda considerarse superior a las demás, pues todas albergan joyas. Sin embargo, todas tienen algo que las hace únicas. Hoy quería que compartiéramos aquellos detalles que son endémicos a tu ciudad o provincia y que pueden pasar desapercibidos al visitante distraído.
Voy a empezar con Segovia y Madrid, pues la primera es la ciudad de donde procedo, y la segunda donde resido.
Quien haya visitado
Segovia se habrá fijado en que hay muchos edificios cuyos muros están cubiertos por dibujos geométricos repetidos en relieve. Algunos diseños son extremadamente simples, otros más complejos, algunos cubren el muro entero y otros forman cenefas. En ocasiones un edificio puede combinar distintos diseños. A pesar de toda la diversidad, la repetición de este tipo de adornos en las fachadas segovianas da cierta unidad de estilo a la ciudad. Pues bien, la técnica (que no es exclusiva de Segovia, pero sí mucho más abundante en la ciudad y la provincia que en cualquier otro lugar de España) se llama
esgrafiado y consiste en superponer dos capas de distinto color recubriendo la pared y después, con ayuda de plantillas normalmente, hacer los dibujos raspando la capa exterior para dejar que se vea la capa más profunda. El esgrafiado segoviano es de origen mudéjar (aunque se utiliza en edificios de cualquier estilo), por lo que se puede decir que, sólo por eso, el mudéjar es el estilo que predomina en la arquitectura de Segovia, al estar tan extendida esta técnica. Creo que habría que hacer un esfuerzo para preservar la técnica, ya que es una forma de hacer que las nuevas construcciones no desenntonen con el estilo de los barrios viejos de la ciudad.
http://es.wikipedia.org/wiki/EsgrafiadoDe
Madrid os voy a contar una curiosidad que es tanto histórica como arquitectónica. Se trata de las
casas a la malicia. Cuando Felipe II traslada la corte a Madrid, la gran cantidad de cortesanos que se mudan a la ciudad hace que haya que buscarles aposento. El rey decide que se comience a aplicar una ley que ya existía, y que exigía a todos los vecinos que tuvieran una casa fácil de dividir, cedieran una parte de la misma a la Corte. La facilidad de división, en la práctica, se traducía a que si tenías una casa con más de una planta, tenías que ceder uno de los pisos. Pues bien, aquí es donde entran la malicia y la arquitectura. Los vecinos de Madrid encontraron todo tipo de soluciones para ocultar a la vista del exterior la existencia de más de una planta. Una de las más curiosas es situar las ventanas que dan a la calle a extrañas alturas, de manera que desde fuera no se pueda saber si están en dos plantas o en una. La mayoría de las casas de este tipo que sobreviven están en el Barrio de las Letras, así que si vas paseando por dicho barrio y ves un edificio con ventanas colocadas de forma irregular, seguramente estés delante de una de estas curiosas construcciones picarescas.
http://es.wikipedia.org/wiki/Casas_a_la_malicia