No puedo estar más de acuerdo con Gaya. El Amazonman del que hablais fué a Villafrechós, bien. Bien repito, pero nada más. Dudo mucho que volviese por allí. Llegó, lo vio, complació su curiosidad y se volvió a su residencia de lujo allende los mares. Sin embargo a Villafrechós, como a todos los pueblos de Castilla, vuelven cada año por las vacaciones, por Semana Santa y en cualquier fin de semana que sea posible, miles y miles y miles de castellanos que por h o por b tuvieron que marcharse lejos a buscarse la vida. Y se fueron donde encontraron trabajo, porque lo primero es lo primero, y lo primero es comer, y sacar a tus hijos adelante. En Castilla, en Cataluña o en el rincón que sea necesario.
Para mi desde luego tiene mucho más mérito las continuas visitas de esos "charnegos" que las de un fulano que viene una vez a modo de curiosidad a ver el color de los adobes que sirvieron de casa a su padre hace decenas de años.
Exactamente. Y tiene bemoles que esto lo diga un sujeto al que he leído más d euna vez que se fue a trabajar fuera. Y se ha metido alegremente con bastantes miembros de mi familia y bastantes de mis mejores amigos.
Conozco a muchísima gente que ha emigrado a la capital de provincia que no pisa el pueblo nada más que para ir a por chorizos. Como si le diese alergia. Incluso a gente que vivie aquí todo el año les da igual su pueblo. Cosa que no veo con mis paisanos de fuera, maléficos vascos y catalanes. Y a los menos malos madrileños, zaragozanos, asturianos, gallegos...
Lo que pasa que a ciertos señores su vasco-catalanofobia les permite ver más allá del bosque.