Pues yo destacaría otras cosas que e parecen más relevantes. Así:
La causa real carece de idealidad y es puramente económica.
Ese 'carece de idealidad', que comparto, bien podría ser sustituido por un 'contiene miserabilidad'
¡Pobre Madrid, la supuesta aborrecida sede del imperialismo castellano!
Más claro agua, nos aborrecen. Los movimientos peris son anticastellanos. Y el castellanismo actual, todavía sin enterarse, incluso negándolo y compadreando con ellos. En todo el artículo subyace el trato injusto que los peris propinan a los castellanos, presentados como los culpables de todos los males.
¡Y pobre Castilla, la eterna abandonada por reyes y gobiernos!
He aquí otra de las claves. Para Castilla siempre hay palos desde todos lados; el Estado se ha desentendido de ella. Es el España deshizo a Castilla que dijera Sánchez-Albornoz pero con otras palabras.
la amnesia de los vizcaitarras es algo incomprensible. Los cacareados Fueros, cuyo fundamento histórico es harto problemático, fueron ratificados por Carlos V en pago de la ayuda que le habían prestado los vizcaínos en Villalar, ¡estrangulando las libertades castellanas!
Si recordaran la Historia y juzgaran imparcialmente a los castellanos,
Ergo nos están agraviando, tratando tan injusta como inmerecidamente. Lo peor es que aquí todavía son legión quienes les justifican, apoyan, edulcoran o comprenden. E incluso quienes les tiene por referencia a imitar. Vomitivo.
De donde se deduce que la deslealtad viene de lejos, que no es cosa de ahora, de los últimos 100 años... y que los vascos no son ese pueblo burrote pero noblote del norte que el franquismo fabricó para rebajar tensión o sembrar concordia. ¿Estrangulando las libertades los vascos, es posible, con lo amantes de ellas que dicen ser? si son las de otros, sin duda.
La lista interminable de subvenciones generosamente otorgadas a las provincias vascas constituye algo indignante. Las cifras globales son aterradoras. Y todo para congraciarse con una raza (sic) que corresponde a la magnanimidad castellana (los despreciables «maketos») con la más negra ingratitud.
Y seguimos igual, pagándoles para hacernos perdonar que somos lo que somos. Panda de imbéciles, si cuando yo digo que no queda otra que expulsarles. O les admitimos como parásitos perpétuos o les expulsamos. ¿De verdad España vale más que nuestra sangre, que nosotros mismos?
No soy adversario, en principio, de la concesión de privilegios regionales, pero a condición de que no rocen en lo más mínimo el sagrado principio de la Unidad Nacional.
He aquí nuestro gran error histórico, que aceptamos quedar por debajo, ser menos, que tragamos privilegios. Y no, la unidad de España no es más sagrada que la igualdad de los españoles. Antes rota que asimétrica. una cosa es descentralizar y otra muy distinta y humillante es tragar con desigualdades, asimetrias y tipologías de españoles.
Sean autónomas las regiones, mas sin comprometer la Hacienda del Estado.
Es que esta es la clave del porqué no se arregla el problema. No buscan la autonomía, sino la pasta. No quieren la igualdad fiscal, sino que lo suyo sea de ellos y lo nuestro de todos.