EN VILLALARCon motivo del 721 aniversario de la decapitación de los ComunerosLa risueña primavera
va las flores matizando,
y con su aliento llenando
de verdores la pradera;
se extiende la enredadera
con sus hilos trepadores;
hay más luz y más colores;
festonea al río el heno,
¡y no hay palmo de terreno
que no engalanen las flores!
En el árbol temblador
que la fresca brisa orea,
cantando se balancea
el alegre ruiseñor;
con el jilguero cantor
forma un tierno y dulce coro,
y en su nido, su tesoro,
donde están sus hijos presos,
¡deja el sol ardientes besos
envueltos en rayos de oro!
¡Qué hermosa está la pradera!
Brota la hinchada semilla,
y en el campo de Castilla
vierte luz la primavera;
luz que oscila y reverbera
inundando el corazón,
porque a esta decoración,
que es de primores modelo,
el hermoso azul del cielo
la sirve de pabellón.
La Historia dejó aquí escrita
la traición que el mundo llora;
aquí la mano opresora
se manchó en sangre bendita,
y aún parece que palpita
en este florido llano,
donde, matando, el villano
hizo respetar sus fueros,
la voz de los Comuneros
que gritan: -¡Guerra al tirano!
Cuando el sol al declinar
su última luz esparciendo,
va entre sombras envolviendo
el llano de Villalar,
el caminante, al pasar,
tristes recuerdos evoca,
y en su espíritu provoca
la traición tales enojos,
¡que brota el llanto en sus ojos,
la maldición en su boca!
José Rodao - Segovia, 1892.Poema publicado en "La Ilustración Nacional: revista literaria, científica y artística"; nº 10, 26 de abril de 1892.