... tú, tú eres tu propio Yo Superior, el Ego reencarnante o renaciente,
- la chispa divina -
el dios interno, residiendo y evolucionando, de nuevo, en tu cuerpo presente y mortal,
pues él es quien construye y vive en tu sangre, quien la incendia y dora,
quien ve a través de tus ojos, quien con tus oídos oye y con tu boca ríe y nombra,
el mismo que con tus pies camina y con tu mente crea, razona y piensa,
y también, también aquél, aquél, el amante en el relato mítico,
- el Fénix -
el encantador y prendado príncipe de las sublimes y bellísimas lumbres de tu alma,
pues él, él es quien despierta y besa, quien comparte y bebe los áureos destellos de la novia,
- la muy bruñida, seductora y fulgente -
cual flor o poder de Grial,
la de puro elixir,
el agua viva;
[¡ Oh, si él me besara con besos de su boca !
¡ Mi amado es para mí y yo soy para mi amado,
que apacienta su rebaño entre los lirios !
y es que así, así canta, esplende y rinde Salomón en el 1, 2 y 2,16 del Cantar de los cantares]
... amigas y amigos que invocáis verdad, bondad y belleza,
oíd, oíd sus sonidos y ved, sentid y vivid el color de sus luces, de sus vivísimas luces,
pues que ellas traen y enuncian su voz radiante y lúcida:
la intuitiva, inherente y álgida,
la apasionada, la infalible,
la que aquí anhelamos y desde aquí exhortamos,
la sutil y gentil,
la palabra hermosa;
¡ ... oh canto cenital del dios, el de tu dios personal, el íntimo, oh, oh, maravilla !
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Antonio Justel
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