(Ocurrida en el patio de mi casa de Vecilla de la Polvorosa (Zamora)
el 30.Nov. 2019, a las 12,30 (p.m)
Doy fe.
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... luz, luz para mi cuerpo y alma,
que llegue y entre luz y luz para este ingente estado de mis huesos rotos y heridos,
y luz, luz y más luz para poderme mover, para poderme asear, comer y resistir,
para poder alentar y querer o desear vivir,
y asimismo preparar y relevar la vieja ofrenda de la que habré de morir inexorablemente,
pergeñar y construir la nueva, diseñar su palabra, y, en ella, poderme proyectar y rehacer;
... y es que, ay, ay y ay, pues que de pronto, detenido y derribado he sido del caballo:
un muro alto, una escalera pertinaz y esquiva de aparente aluminio, de plástico, de zinc,
y un suelo escondido y callado de piedra con entraña dura y esperándome,
piedra, piedra - digo - purísima y dura, muy dura, piedra y piedra, muchísima piedra,
piedra con pliegues y dientes de ignominia, mordaz y rigurosa;
... cuando por el Camino de Damasco, Pablo de Tarso fue transido y derribado,
por tres días quedó ciego por la fuerza y poder de un haz de luz interior y exterior,
por el repentino y sublime fulgor que acudió a desclavarle los clavos y cruces de su alma;
yo, en cambio, bajo el fuego enrojecido de un yunque vivo de dolor, aplastadas vértebras y voz,
la casa en soledad, las piernas dañadas, cual último bastión frente a la hoz voraz de mi enemiga,
- e inmóvil, boca arriba -
con una espontánea, asfixiada y débil súplica en los labios,
dirigida al ingente espacio, a allá, a allá arriba, a lo alto,
donde juntos y en silencio se inscriben el aire y las profundidades insondables del cielo,
la de "ayudadme, ayudadme, por favor, ayudadme y salvadme, salvadme, salvadme... ".
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Antonio Justel
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