? voraz, veloz e inaprehensible viene y surge en luz y guerra
un p?lpito de amor;
y as?, ingente, sin aviso abre puertas, remueve, incendia y derriba entablamentos,
enloquece sangres y marcha cual dios que hubiese de crear un universo
sin divinas ciencias, sin faz ni magnitud;
? y ay, ay de m? las veces que lo o??!
? y el pecho es ante ?l cebolla blanca, miel o cera, ?mbar, y p?talos de azafr?n los ojos,
mostr?ndose el mar cual flanco absolutamente abrasador, sin piedad ni ley;
por tanto, cuando de pronto se ausenta o desaparece y queda el coraz?n entre sierpes y sombras,
entre cuchillos y harapos, y pregunta o maldice el porqu? de las horas y las noches de plomo,
ah, entonces, vaciado el cuerpo, comido o da?ado,
todo en ?l se torna - cual ya hemos dicho - voraz, veloz e incomprensible, una l?brega guarida
de sierpes y de sombras, de harapos tiznados y cuchillos;
y ay, ay de m?, las veces que hube de morir de fr?o por eones, edades y ?pocas,
ay, ay de m?;
... y miradme, miradme hoy,
mis iris son, a?n, de m?rmol y canela.
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Antonio Justel Rodriguez/Ori?n de Panthoseas
[Publ. ?Todos los fuegos?: Casa del libro ? Amazon]
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