Mancha y Manchuela pueden sufrir un tijeretazo notable y en Manchuela ya hay quien especula con el cierre de algunas cooperativas aunque no pasa de ser una especulación.
Pero lo peor es que la OCM vendría a ser la culminación de uno de los pelotazos más aberrantes perpetrados contra el pequeño y mediano agricultor.
No es la primera vez en que se ejecutan políticas de arranque subvencionado. La teoría es que una reducción de cultivos contribuiría a una reducción de la producción y a una mejora de los precios.
En la práctica esta política se llevó a cabo en los años 90 con resultados dispares. Sin embargo al cabo de unos años se dejó de aplicar y, paradojas de la vida, el arranque subvencionado dejo paso a la plantación subvencionada. Entretanto el regadio de la vid comenzaba a extenderse y algunos ltifundista albaceteños, viendo el filón iniciaron un proceso de plantación masiva de viñedo mecanizado en regadío generando una sobreproducción que ha tirado los precios por los suelos y frente a la cual el mediano agricultor está atado de pies y manos.
Para compensar la caida de los precios el pequeño y mediano agricultor se ve obligado a sobreproducir, en detrimento de la calidad con lo que el problema entra en un círculo vicioso de complicada salida.
Por otra parte al mediano agricultor no le queda otra opción que buscar una salida mecanizando su explotación para reducir costes e introduciendo el regadío, pero ni pueden hacerlo en la misma proporción que los grandes latifundistas ni hacen otra cosa que agravar la situación pues estas medidas acaban por saturar aún más si cabe el mercado.
Así hemos llegado a una situación en la que los precios dejan a muchos en la tesitura de desistir de la agricultura o de abandonar la viña. En esta situación la OCM se convierte en la tabla de salvación por la cual muchos agricultores atrapados en una espiral sin salida se acogerán al arranque subvencionado y a la sustitución de cultivos por otros (en teoría y hasta que la voraciodad de los latifundistas protegidos por las instituciones "democráticas" acaben también con ellos)
En la práctica esta política equivale al arranque de enormes cantidades de pequeñas y medianas explotaciones quedando el mercado del vino en manos de una minoría latifundista que habrá expulsado del mismos, con artimañas y bajo el amparo de las instituciones a los pequeños y medianos explotadores que representan en la actualidad el grueso de la producción. estos latifundistas serán además quienes se beneficien de la previsible mejora de los precios.
He aquí como "beneficia" la UE al ciudadano y como, bajo la cubierta de una pretendida ayuda económica se fomentan valiendose de la coyuntura económica, los intereses de una minoría económicamente privilegiada.
Una verdadera OCM pasa por la prohibición del regadío, por fomentar el arranque subvencionado de la grandes explotaciones y por una verdadera política de control de calidad. En la práctica todos sabemos a quien beneficia la OCM.

