http://www.nortecastilla.es/pg060807/prensa/noticias/Valladolid/200608/07/VAL-VAL-004.htmlCientos de personas rinden homenaje a nueve riosecanos represaliados en 1936
Las víctimas fueron tiroteadas por sus ideas republicanas en Ampudia Los familiares depositaron velas ayer en el panteón donde fueron enterrados
P. P. SALÁN/MEDINA DE RIOSECO
Familiares y amigos encienden velas en recuerdo de los muertos. / P. P. S.
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La música interpretada por los jóvenes Pablo Novo y David Esteban, miembros de la Banda de Música Municipal, que tocaron el trombón y el clarinete, respectivamente, abrió ayer el homenaje que familiares y miembros de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid (ARMH) ofrecieron a los nueve riosecanos a los que quitaron la vida en agosto de 1936 por defender la República, y que fueron exhumados por los arqueólogos de la asociación en el cementerio municipal de la localidad palentina de Ampudia de Campos.
El coche fúnebre, donde se trasladaron las nueve cajas forradas de tela morada, que contenían los restos de Dionisia Sánchez, Macario Martínez, Manuel Muñoz, Basilio García, Mariano Fernández y Federico Martínez, junto a los restos de otros tres -que ha sido imposible identificar hasta el momento-, llegó hasta la puerta del Ayuntamiento en medio de un imponente silencio y banderas republicanas ondeando al viento.
Los familiares de las víctimas condujeron después los féretros hasta el salón de actos, completamente abarrotado. Una vez allí, Lola Rodríguez, Julio del Olmo y Silvano Martín, todos ellos miembros de la ARMH, dieron la bienvenida a los asistentes y agradecieron la colaboración prestada por el Ayuntamiento de Medina de Rioseco y sus grupos políticos para poder celebrar el homenaje.
Entre el numeroso público se encontraba el alcalde del Partido Popular, Artemio Domínguez; el concejal y portavoz de Izquierda Unida, Ignacio San José; el diputado y concejal socialista, Eduardo Franco, así como otros concejales de la corporación y los principales miembros del PSOE de la localidad, con su secretaria general a la cabeza, Rufina de la Lama.
Julio del Olmo, coordinador del trabajo de investigación y las excavaciones de los nueve riosecanos exhumados en Ampudia, realizó una exposición histórica de los hechos acontecidos en la localidad desde finales del siglo XIX y hasta el verano del año 1936, mientras que en una pantalla se proyectaban los nombres y las fotografías de cientos de riosecanos republicanos represaliados en 1936 y en los años posteriores.
Emoción
Tras la intervención del arqueólogo, tomaron la palabra los familiares de las víctimas que fueron tiroteadas en el Camino de Herreros, a cuatro kilómetros de la localidad palentina de Ampudia, el 9 de agosto de 1936. Con la voz entrecortada por la emoción, la primera en tomar la palabra fue Pilar García, hija de Basilio, a quien nunca conoció porque fue asesinado cuando su madre estaba embarazada. Seguidamente lo hizo Julio Fernández, que leyó un poema dedicado a sus padres. Luego tomó el relevo Julia Merino y, tras ella, otros familiares que quisieron tener un recuerdo y dar voz «a quienes ya no pueden hablar».
Finalizadas las intervenciones, los familiares se dirigieron a pie con los restos de las victimas entre sus brazos hasta el cementerio municipal, donde les aguardaba el cura párroco de Santa María y Santiago, Gabriel Pellitero. Ya en la capilla del camposanto, y con las nueve cajas alienadas, la música sirvió de preámbulo al responso oficiado por Pellitero y desde allí, familiares y miembros de la ARMH se dirigieron al panteón situado junto a la tumba de la actriz María Luisa Ponte, para enterrar los restos.
Una enorme losa en mármol negro, enfoscada en la pared con la frase '1936. A los hombres y mujeres que perdieron la libertad, la vida y el nombre, a la esposa, a los padres, a los hijos, a los hermanos secos de lágrimas' preside el panteón en cuya lápida se lee 'A los nueve riosecanos víctimas de la represión 9 de agosto de 1936' junto a los seis nombres identificados.
Una vez que los operarios municipales sellaron el panteón con los nueve féretros, uno a uno, fueron nombrados los 197 riosecanos victimas de la represión, a la vez que los familiares depositaban una vela junto a la lápida con la música sonando de fondo.