Pues para ser una obra de 2.050 años está cojonuda. Luego me tengo que leer la Guerra Civil, de César también. Cuenta sus anécdotas, básicamente como se jaló por una pata a galos, britanos, belgas, hispanos y germanos, contado por el mismo en tercera persona (se alaba siempre que puede). Lo más gracioso es cuando se le van rindiendo los jefes "bárbaros". Siempre dice que le fueron bañados en lágrimas a pedir clemencia. Y siempre, al pie de página, el que hace las notas te va diciendo que el pive era un exagerado del copón y que tergiversaba lo que quería para hacerse autobombo ante el Senado y ante los enemigos.
Vamos, que ríase usted del pringao de Bush, este si que era un colonialista de dos pares.