MANUEL NORBERTO PEREZ DE CAMINO
(1783-1841)
“Cuál huracán que asusta a los mortales,
el aire devastando y la alta sierra,
a la caña perdona que se inclina,
y arranca la orgullosa antigua encina.”
Manuel Norberto Pérez de Camino.
LA VOZ DEL LIBERALISMO
Como uno de los representantes más puros del liberalismo español, Pérez de Camino merece mayor atención de la que se le ha prestado, hasta ahora.
Manuel Norberto Pérez de Camino nació en Burgos el 6 de junio de 1783 y murió en Cussac-Médoc (Francia) el 12 de noviembre de 1841. Estudió en el seminario de su ciudad natal y después en varias universidades españolas para doctorarse en la Universidad de Alcalá. En Madrid desempeñó varios cargos jurídicos, siendo nombrado agente fiscal de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte. Durante la presencia de José Bonaparte en la capital de España fue nombrado Fiscal de las Juntas y marchó en 1813 a Francia, donde permaneció hasta su muerte. El 18 de febrero se casa con Elisabeth Euphrosine Salva, propietaria de unos buenos viñedos en el pueblo de Cussac, que había enviudado dos veces. Pérez de Camino pasó los últimos años de su vida dedicado al cultivo de los viñedos y disfrutando de la felicidad rústica.
Pérez de Camino es poeta neoclásico que tiene en su haber algunas composiciones de la época, entre las que destaca sobre todo su Arte poética (Burdeos,1829), que se redactó diez años antes y que, según algunos puede hacer competencia a la que Martínez de la Rosa publicó también en aquellos años. Como traductor de poetas latinos destacan sus versiones de Cátulo, Tíbulo y Virgilio.
Es el autor de un poema filosófico llamado La Opinión (Burdeos, 1820), al que precede un interesante “Discurso preliminar” y seguido de una serie de notas del mismo autor que amplían, explican o aclaran las ideas desarrolladas en el texto del largo poema, compuesto por un total de 82 octavas reales. Esta obra tiene interés no tanto por su valor poético como por su significación ideológica en cuanto exponente de las doctrinas filosóficas de un liberal “afrancesado”. Las tres ideas básicas del poema son las siguientes: “que la opinión cuando domina a la sociedad es invencible; que el que intenta contrarrestarla corre al abismo; que las opiniones liberales forman el espíritu de nuestro siglo”. La expresión de este liberalismo adquiere cierta originalidad cuando desarrolla su teoría de la opinión a la que considera “reina del mundo” y que identifica con el “sentido de la historia” en general. Por eso se dirige a los mandatarios de las naciones haciéndole ver la necesidad que tienen de acatarla: “De los pueblos prudentes mayorales / respetad a esta diosa de la tierra, / o el azote temed, temed los males / con que ultrajes vengando airada aterra”.
Pero cuando esa opinión es la del siglo en que el poeta vive ya no expresa solo el sentido de la historia, sino, de acuerdo con el imperio del optimismo decimonónico, la apoteosis y síntesis de la misma. El triunfo liberal, que él palpa con sus propias manos en 1820 al triunfar la revolución de Riego en España, es la culminación de la historia, que el describe así: “Muchos de estos rasgos son comunes a otras épocas célebres, más la reunión de todos ellos sólo la presente la muestra”...
“Nuestra edad recoge un inmenso fruto; es el de las experiencias de todas las edades que la han precedido... El alma se complace en colocarse en este punto elevado de la cadena de los siglos que serán, a la de los siglos que fueron , y en contemplar desde su altura las causas de esta grande regeneración, y los inmensos beneficios que alcanzará por ella la feliz posteridad”.
Francisco Arias Solis
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aarias@arrakis.esURL:
http://www.arrakis.es/~aariasLa paz pide una oportunidad.
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http://www.arrakis.es/~aarias/internau.htmGracias.