El más duro, implacable y bigotudo acosador de roedores.
Unos cuantos de estos en los nucleos rurales aliviarían algo el problema, a campo abierto la cosa cambia. Sin embargo (y aprovecho para denunciar) en muchos pueblos castellanos los gatos son acosados o envenenados.
De todas formas, bromas aparte, no hay solución fácil, aunque siempre es posible adoptar alguna medida paliativa (trampas, ultrasonidos...)
Depredadores naturales hay, a fin de cuentas el topillo no es más que una especie de ratón de campo, cualquier rapaz, el buho o similares, los gatos, las zorras y las culebras se pueden poner morados a comer topìllos.