Brañosera, pequeño pero bonito pueblo de montaña situado al norte de la provincia de Palencia, cuenta con la primera carta foral de repoblación (castellana por supuesto, con gentes de la antigua Cantabria) de un municipio, la más antigua, pues data del año 824. Y por ahí hablan algunos de "derechos históricos" y de "fueros". Se podría hacer una trilogía de los símbolos del nacimiento de Castilla: el nombre de Castilla, documentado con la fundación de un monasterio en Taranco de Mena en el año 800; la fundación del Obispado de Valpuesta, del año 804, en cuyos Cartularios ( de los siglo IX y X) aparecen las primeras palabras escritas del primer y más arcaico romance castellano; y los Fueros de Brañosera del año 824. Trilogía simbólica en la que los montañeses de la antigua Cantabria participaron de manera protagonista.