Sin embargo, eso no quiere decir que los estonios fueran simpatizantes del bando nazi. Está claro que eran ferozmente antirrusos y no deseaban para nada la ocupación soviética (el partido comunista estonio no llegó a superar el centenar de miembros antes de la ocupación), pero eso no quiere decir que apoyasen lo más mínimo a los nazis (al margen del porcentaje de población oriunda alemana). En realidad, el gobierno estonio se declaró neutral, pero Hitler y Stalin ya habían hecho sus planes respecto a ella. De hecho, muchos estonios cruzaron el 'charco' y se alistaron en el ejército finés para poder combatir a los soviéticos con un uniforme decente.
Bueno, más o menos. En toda Europa del momento hay que entender dos fenómenos que a día de hoy nos parecen casi incomprensibles:
1- En general, se teme más al comunismo que al nacionalsocialismo o fascismo.
2- Los partidos de extrema derecha eran mucho más amplios que los comunistas en media Europa, una buena base que emplearon los nazis en sus conquistas.
Y es que a Estonia, aunque se declarase oficialmente neutral, le pasó lo que a Uucrania, Finlandia y el resto de países de Europa Oriental que habían sido oprimidos por Rusia. Por una parte hubo más colaboracionistas con los nazis que con los comunistas anteriores (por los dos puntos que expuse arriba) y por otro lado se pensó, por parte de los más moderaods y lógicos, que la alianza con Alemania era por un lado inevitable (los alemanes ya estaban allí) y por otro deseable hasta cierto punto para librarse con ayuda de un gigante de la tiranía del otro.
Por lo demás, y ya que es el tema, lo de revisar la memoria de las naciones y derribar estatuas o monumentos en vez de levantarlos me parece simplemente mezquino, lo hagan los estonios, yugoslavos, ZP o el que se quiera; es propio de los cobardes que no han querido luchar contra un vivo y tratan de vencerle muerto. Qué asco.
Saludos.