Me alegro que todos nos alegremos de los buenos datos macroeconómicos. Los datos son buenos (Entre un 5 y un 5,5%), aunque hay que reconocer que según la OCDE deben tenerse en cuenta las diferencias significativas país por país, especialmente porque son los países exportadores de petróleo los que se están desmarcando de los demás.
Pero bueno, si los datos podemos valorarlos como más o menos “prometedores” en su conjunto, sólo nos queda juzgar y demostrar si esos datos “necesariamente” se traducirán en beneficios para el conjunto de la población y si tendrán continuidad estable en el corto y medio plazo.
Puede ser. Pero yo soy escéptico por una razón "conservadora": los buenos datos de una variable no mejoran necesariamente la situación global. El resultado final depende de varias variables. Entre las que destacan la estabilidad política y la paz social.
Además, ¿quién puede asegurar la continuidad de estos datos en una economía globalizada?
Para que esos resultados estadísticos se traduzcan en beneficios tangibles que repercutan en la economía domésticade la población en general y que se realice un crecimiento territorialmente equilibrado en el “África realmente existente” pues habrá que solucionar muchos problemas que atenazan, por ejemplo, a los inversores privados:
-La corrupción sistémica de los gobiernos africanos, como atestigua la participación de las “neo-democráticas” elites africanas en actividades financieras y comerciales ilegales (ej. blanqueo de dinero, tráfico de drogas, prostitución, trata de blancas, etc.).
-Las (no por menos tópicas dejan de ser reales) sequías y hambrunas persistentes en vastísimas zonas del continente, ajenas a estos datos.
-El SIDA, como guadaña demográfica que cubre todos los sectores sociales, géneros y edades.
-Los conflictos interétnicos mezclados con intereses geopolíticos (ej. Darfur)
-Los conflictos bélicos civiles o fronterizos y el malestar político en países como Costa de Marfil, en el Congo, en Etiopía, Zimbabwe o en la importantísima Nigeria.

