EL DÍA DE LA FIESTA NACIONAL
El futuro primer ministro de Bélgica confunde su himno con La MarsellesaInterrogado por la televisión pública sobre qué se festeja, Leteme fue incapaz de acertar
Actualizado domingo 22/07/2007 19:58 (CET)
MARÍA RAMÍREZ
BRUSELAS.- El de ayer fue un clásico día de fiesta nacional belga, con los elementos esenciales del país plano: nubes, tiendas cerradas, calles vacías, alguna bandera perdida, desfile hasta del camión de la basura y polémica sobre la frágil identidad común entre flamencos del Norte y valones del Sur.
El futuro primer ministro, el flamenco nacionalista Yves Leterme, que lleva un mes y medio intentando formar Gobierno, acudió a la celebración del 21 de julio en Bruselas, pero no sabía por qué estaba allí exactamente. Interrogado por la RTBF, la televisión pública francófona, sobre qué se festeja ese día, Leteme fue incapaz de dar una respuesta correcta. Tras titubear, aventuró que debía ser el aniversario de la primera Constitución (en realidad, se celebra el juramento del rey Leopoldo I tras la proclamación de la independencia del país).
El reportero, consciente de haber encontrado un buen filón, lo interrogó también sobre el himno belga, La Brabançonne, una canción revolucionaria que Leterme aseguró conocer "un poco". Pero, al ser presionado para que la entonara, el flamenco se puso a cantar, convencido, La Marsellesa, el himno nacional francés y sin ninguna relación con el belga.
Después, durante la interpretación del canto nacional en la misa de celebración, Leterme, como bien se molestó en mostrar la RTBF, estaba ocupado hablando por su móvil y ni siquiera recogió el texto y las notas que se entregaban a todos los dignatarios invitados a la fiesta. En la implacable esfera de la vida pública on-line, el "Allons enfants de la patrie", con tono fuerte y decidido, del elegido para dirigir Bélgica ya está colgado en YouTube y vuela por la Red.
La prensa francesa ironiza sobre el desliz de su vecino: "¿Va a adoptar Bélgica La Marsellesa?", se pregunta 'Libération', el mismo diario donde se publicó una de las entrevistas más polémicas de Leterme, que declaró que los francófonos no tienen "capacidad" para aprender neerlandés, la lengua de la mitad del país (él justifica que era una ironía para denunciar su desinterés).
La edición en Internet de Le Soir publica el texto y la música del himno nacional belga con el titular "Aquí está La Brabançonne, señor Leterme". Después de todo, el flamenco de origen valón, que apuesta por una mayor separación de los dos frentes del país, aseguró que los belgas sólo tienen en común "el rey, el equipo de fútbol y algunas cervezas", lo que, obviamente, no incluye ni el himno ni la fiesta nacional.
El desconocimiento del futuro primer ministro parece, de hecho, compartido. Varios líderes, también francófonos, no supieron contestar por qué se celebraba el 21 de julio. Incluso, el actual primer ministro, Guy Verhofstadt, sólo respondió: "Festejamos que es la fiesta nacional". Después, más hábil para informarse y más prudente que su sucesor, el todavía premier fue a buscar al reportero para darle la respuesta exacta.