Una moción de censura, perdida por el gobierno del Partido Liberal, obliga a convocar elecciones anticipadas en Canadá, al votar las fuerzas opositoras (Partido Conservador, Partido Demócrata y Bloque Quebequés) contra el Primer Ministro Paul Martin.
Lo que no cuentan los medios de comunicación son las razones: El "sponsorgate", que extiende la sombra de la corrupción sobre el Partido Liberal. A partir de 1996, un año después de que los independentistas de Quebéc perdiesen por 49 a 51 el referendum de autodeterminación, el gobierno central canadiense, en un alarde de objetividad y equanimidad decidió gastarse varios cientos de millones de dólares (en torno a 100.000 millones de pesetas, que se dice pronto) en realizar acciones para mimar el sentimiento de pertenencia e identificación con Canadá. Luego dirán que la democracia trata a todos por igual.
El escándalo ha saltado por que ha resultado que una parte sustanciosa de este fondo reservado se pagó a compañías muy próximas al Partido Liberal, y en muchas ocasiones por servicios que no se habían prestado.
Lo que les cuesta a los pueblos que les respeten su verdadera identidad.