Sobre el erróneo pendón morado se ha explicado ya mucho, hasta la saciedad, como para todavía seguir desconociendo que los comuneros castellanos del siglo XVI no portaron nunca ninguna bandera de color morado con un castillo. Las milicias comuneras portaban pendones de las ciudades castellanas, concejiles; en la iglesia segoviana de San Martín se puede contemplar una de las banderas tremoladas por los propios comuneros en Villalar, propiedad de la familia de los Coronel, emparentada con la familia de Juan Bravo; y en la catedral vieja de Salamanca se guarda el pendón carmesí de Francisco Maldonado. La bandera de Castilla, o el pendón de Castilla, ha sido y es el que plasma las armas cuarteladas de Castilla, con castillos y leones, convertida en bandera definitiva desde la época de Fernando III, desde 1230. Es la que ha acompañado a los castellanos en todos y cada uno de los avatares históricos que no voy a enumerar aquí.