Cuentan que a Jorquera llegó un cura pelirrojo. Meses después (por la más pura casualidad, eh

) comenzaron a nacer en el pueblo niños pelirrojos.
Ya se sabe que el pelo rojo es el color del pelo del demonio. Los judios, esos seres malos de nariz aguileña también son pelirrojos y los rojos... en fin, que vamos a contar de los rojos en un pueblecito "ejpañó" de los años 40...
Bueno, pues el cura era pelirrojo.
Y de un tiemnpo en adelante unos cuantos niños salieron pelirrojos también.
Así que el color del pelo del cura ya no era el único tema de que hablar.
El color del pelo de los niños (¡casualidad pura, eh!

) tampoco daba para mucho en un pueblo en el que al final todo el mundo tiene lazos fammiliares con todo el mundo.
Atando cabos sin embargo el creciente "baby boom" de pelirrojos si que podía tener alguna relación con el pelirrojo primigeneo, cura para más señas.
Y comenzaron las murmuraciones, las murmuraciones se convirtieron en rumor, el rumor en noticia y la noticia en escándalo: el cura (la gente tiene prejuicios pero no es tonta) va repartiendo por ahí algo más que sacramentos.
Conocido el rumor y ante la posibilidad de que llegase a oidos de la autoridad que el cura católico se estaba revelando como un eficaz propagador de judios

el sacerdote decidió poner fin al rumor por las bravas, vamos, a pecho descubierto y atajando por lo sano las habladurias.
Y así llegó el domingo: la Asunción llena y el pueblo congregado a la espera del sermón. Valiente el sacerdote se encarama al púlpito domina a la audiencia con la mirada, traga saliva y comienza:
"Hermanos, se que vaaaan diciendo por ahiiiiiiiii... que esos niños... que esos niños pelirrojos SON HIJOS MIOS"
(Silencio consternado de la audiencia)
"QUE SON H-I-J-O-S M-I-O-S""eso van diciendo. Pues sabed...
...¡¡¡Puede que alguno sea mio, PERO TODOS, NO!!!"

