La tarde empezaba con un viento anunciado horas antes en la 1ª por
Maldonado . El murmullo de la gente hacía presagiar algo especial en el más importante coso del orbe. No eran toros que sólo lidiasen
Cides o
Padillas. Victoriano del Rio es una ganadería que ha triunfado esta feria pero que, no nos engañemos, no tiene como carta de presentación fiereza y fuerza. Esta vez la cosa cambió.
El quinto fue un toro
Bravo. Bravo de verdad. El numero uno volvía a la catedral que le coronó y lo fulminó en su momento. Había empezado en el 2º con una faena grandiosa. Con el quinto la plaza se vino abajo y José Tomás salió coronado emperador. Como
Carlos I en
Villalar. El quinto toro de la tarde, el de la fama,se llamaba
Comunero.
Honor y gloria a los héroes (sean toros o toreros)

