Se encuentran en una misma sala un arquitecto, un ingeniero y un economista; a los tres se le plantea el mismo objetivo: abrir una lata que hay en la habitación.
El arquitecto dibuja y hace planos de todas las caras posibles para intentar averiguar que punto es el más adecuado para iniciar la apertura de la lata.
El ingeniero se va a su laboratorio, donde diseña y constuye un extraño cachibache que él dice que podría abrir la lata.
El economista simplemente dice: "Supongamos que la lata ya está abierta".