A grosso modo y por no tochizar este debate harto manido:
1-Llamar cateto al que piensa diferente en un tema de lo mas debatido me parece bastante arrogante.
2-Lo de que La corona de Aragon era un reino e gente industriosa y de ideas avanzadas mientras qe Castilla todo lo contrario es de lo mas ridículo que se puede llegar a afirmar, de hecho Castilla era lo moderno en la época y Aragon un reino feudal que ya me gustaría ver que hubiese echo sin Papá Castilla detrás defendiéndoles.
3-Que lo veas cada vez mas claro(que no tenemos nada que ver con ellos y que tiene que secesionarse) me parece genial, yo tengo familia catalana y te puedo asegurar que piensan diametralmente lo contrario que tu, y por supuesto yo igual, espero que no te parezcan unos catetos ni nada por el estilo, son catalanes y por supuesto gente de luces, no paletos mesetarios.
1. Pues sí, los españolistas que dicen eso de que Cataluña y Castilla pertenecemos a la misma nación española, me parecen o bien catetos, que no conocen ni a los pueblos que dicen defender, o bien manipuladores interesados (que son los que los conocen, pero aún así hacen tal afirmación).
Que me quieran vender que Castilla y Cataluña son la misma nación es como si me quieren vender que Castilla e Italia son la misma nación. No, no, y NO. Ni siquiera los aragoneses, que han convivido históricamente más con ellos, se han considerado nunca la misma nación, si no es por el invento este de que España es una nación. España es un conjunto de naciones, de pueblos muy diferentes. Eso es algo que han tenido muy claro sus habitantes históricamente, aún identificándose como españoles.
2. Nunca he dicho eso. Ni siquiera en mi anterior mensaje, que pareces no haber entendido bien. Primeramente la Corona de Aragón no era un reino, como sabes. Pero paso de seguir en esta línea. De lo que hablo, es que
desde que empezó a existir el Imperio Español y tras él, España, Castilla se ha convertido en una tierra ajena de sí misma, olvidada de sí misma para poner sus ojos fuera. De ello, como tú dices a veces, son culpables efectivamente, los mismos castellanos. Los mismos castellanos, arrastrados por un poder interesado en mantener sus posesiones bajo el paraguas de la palabra "España", cuyo significado mismo han tergiversado hasta el punto que ya no significa lo mismo que hace 500 años.
Reflexiones en esta línea las puedes encontrar sobre todo, de autores extranjeros, que no han sufrido las manipulaciones históricas hechas por el nacionalismo español (ese que tú pareces distinguir, del resto de nacionalismos de la tierra) como Joseph Perez, sobre el que hay un hilo abierto, o J.H. Elliot que escribió el libro que recomiendo siempre "La España Imperial", escrito ya en 1965 de la editorial vicens-vives. (no es un libro nacionalista español, ni nacionalista castellano, es un libro escrito por un hispanista inglés que estudió nuestra historia desde ojos externos).
3. Me parece muy bien lo que opine tu familia catalana. Lo que parece claro es que la inmensísima mayoría de los catalanes no piensa así: ahora mismo hay un gobierno de tres partidos radicalmente catalanistas, encabezados por el PSC, partido cuasidesgajado del PSOE español, porque simplemente la demanda popular allí es lo que reclama. Pon en google "generalitat catalunya", aparece: "
Generalitat de Catalunya. Web institucional. Informació sobre el Govern de Catalunya i el país.
www.gencat.cat". Pero es que la oposición mayoritaria la forma CiU, partido nacionalista catalán cuyo objetivo a largo plazo es la independencia de Cataluña. La única referencia del españolismo en Cataluña es el PP, con un 18% de los votos ya, totalmente alejado de las corrientes mayoritarias de pensamiento allí, y sin opciones de formar parte de ningún gobierno catalán.
Eso es lo que hay, y reitero, en un plazo de 20 años, Cataluña será independiente. Por mucho que os joda a los nacionalistas españoles. No es que sean precisamente mi referencia de nación en el mundo ni en el Estado Español, pero al menos los respeto, no como hacéis los nacionalistas españoles, que os queréis pasar por el forro la evidente naturaleza diversa de la Península Ibérica, y su voluntad como pueblo.