De todas formas tampoco es correcto generalizar en todo el mundo por la actitud de una indeseable. Sí gente de esa calaña sobra, es repugnante y merece desprecio pero también hay gente amable y gente que no otorga la menor importancia ni a la lengua ni a la procedencia del interlocutor.
Sin quitar un ápice dde importancia a lo que se expone aquí he de decir que por tierras castellanas pulula gente no menos intolerante que la profesora energúmena de Mallorca. Os cuento un caso.
Fallas de Valencia, hace un par de años.
Supongo que todos sabeis lo que es una falla e incluso habreis visto alguna.
Dado el carácter satírico del monumento cada escena se acompaña de unas estrofas burlescas que acompañan a la sátira visual o complementan la broma. Siendo las fallas una festividad popular valenciana ese texto se escribe en Valenciano.
Todo normal porque el valenciano medio en su casa habla Valenciano aunque curiosamente hagan la mayor parte de sus relaciones públicas, aún a menudo entre valencianohablantes, en Castellano (esto al menos es válido para la ciudad y para zonas con alta tasa de población emigrante o descendiente de emigrantes)
Normal digo porque es normal que una festividad propia de la cuiltura popular valenciana otorgue de manera natural protagonismo a la lengua vernácula. Y si la fiesta es turística el turista debería aceptar la fiesta tal cual.
Pues el escándalo que montó un matrimonio de Valladolid delante de mis narices hace un par de años o tres me hizo sentir vergüenza propia y ajena cuando un airado señor que además se declaraba vallisoletano a voces pretendía que esos ripios en Valenciano eran nada menos que... ¡un insulto! ¡un insulto para él, que venía de Valladolid nada menos para encontrarse que los carteles no estaban en cristiano! ¡el acabose!
Y ofendidísimos clamaban por carteles en Castellano, tal cual y con un par, y si no se los ponían en Castellano se largaban a casa... ¡faltaba más, mezclarse ellos con esa gentuza maleducada hablante de lenguas de paises ignotos!
Si un señor que viaja a Valencia no se percata de que en Valencia puede encontrarse con extraños seres que hablan extrañas lenguas [mode ironic off] no debería emplear sus fuerzas en indignarse, debería emplearlas en apuntarse a un curso de cultura general y a otro de geografía y en cualquier caso tener la suficiente dignidad como para no proclamarse públicamente ignorante montando un escándalo público para ello.
La intolerancia no es un mal ajeno a la sociedad castellana, por desgracia. Lo que sucede es que como la emigración ha sido ante todo un fenómeno unidireccional hacia levante es allí, y no en Castilla, donde se verifica el choque cultural.

