En Albacete, al menos en el norte de la provincia hubo bastante afición y hasta hace unos años en la mayor parte de los pueblos la principal instalación deportiva y en alguinos casos la única digna de tal nombre era el frontón pues el campo de fútbol no pasaba, cuando lo había, de mera explanada de tierra, con un par de porterías y no siempre debidamente señalizada.
En la zona oriental de La Manchuela de Albacete a mediados del pasado siglo se celebraban desafíos, torneos y partidas contra jugadores valencianos, contra los que se concertaban enfrentamientos aprovechando la proximidad geográfica y la fuerte tradición de pelota en Valencia. Jugaba a favor de los castellanos el que los valencianos estuviesen ante todo habituados a las particularidades de la pelota valenciana, modalidad autóctona de Valencia y su entorno y a las particularidades y dimensiones del trinquete valenciano; por contra los valencianos, hechos a menudo a vivir o al menos a obtener buenas cantidades de dinero de este deporte se imponían a menudo a los locales apoyados en su condición semi-profesional.
Aún a principios de los 90 recuerdo pelotas improvisadas con goma de recámara de neumático cortada en tiras y que envolviendo canicas u objetos esféricos similares que le servían de base, componían una pelota usada para este deporte.
En la actualidad la práctica de la pelota-mano está prácticamente abandonada, aunque no así el uso del frontón, pero como espacio para la práctica del frontenis, deporte más fácil de aprender y de practicar para los no iniciados.