Me doy cuenta que el dibujante ha hecho una viñeta maestra muy sutil en la que todas las partes sustraen un mensaje interesante de ella (desde lo compasivo a lo irónico). Muy bueno.
Para empezar no es lo mismo el Véneto que le Sur de Italia, para continuar el caracter castellano poco tiene que ver con el siciliano, y para acabar me sigues sin explicar con hechos porque era un mafioso.
Es decir y a modo de resumen, que en Castilla la mafia propiamente dicha apenas ha arraigado por diferencias culturales con Calabria o Napoles, y no me das ninguna prueba de semejante acusación, aprovechado que el pobre hombre la ha palmado en un accidente.
De hecho me sorprende tu virulencia con esto.
La polémica viene al margen del accidente de este hombre.
¿De veras que lo que padecemos en Castilla no se puede tildar como
mafia?

Control del poder político. En Italia y en Castilla.

Control del poder económico. En Italia y en Castilla.

Control del poder social. En Italia y también en Castilla.

Los medios de comunicación castellanos están totalmente manipulados. Cuando algún interés de esta
mafia se ve limitado, cambian la legislación a su antojo (véase la Estación de San Glorio o el Meseta-Ski, “desbloqueadas” por tito Villanueva). Las leyes electorales están de su parte. Como organización mafiosa, también tienen disputas agrias por el poder político –el eje de la
mafia castellana-, como el protagonizado por los Villanueva en Valladolid (contra su alcalde en lucha interna del PP).

Las cajas de ahorros castellanas están controladas por esta
mafia. Los bancos tampoco son ajenos a ellos (véase la último de tito Villanueva dirigiendo el circo de fusiones en CyL). Las cajas y los bancos son los que conceden o deniegan créditos, los que deciden si te dejan invertir en Castilla o amablemente te invitan a largarte fuera. Los permisos de actividad, apertura, licencias, etc. pueden conseguirse en unos meses o recibir el silencio administrativo, dependiendo de cómo afecte esa empresa a los intereses de los caciques de la zona (otra forma más autóctona para denominar a los mafiosos). Los agricultores de Castilla bien saben de ello para recibir las subvenciones. El ejemplo del ladrillo o la especulación con el suelo industrial son ejemplos que nos tocan a todos (y los Villanueva tampoco son una excepción). Pero no paran ahí: la concesión y licitación de obras, servicios… no hay casi nada sujeto al azar ni se otorga por méritos.

Y en cuanto al poder social, ¡qué decir! Muchas familias simpatizan con esta
mafia por el simple hecho que obtienen un trato de favor que las permite vivir en Castilla. Multitud de asociaciones evitan o simpatizan con esta
mafia para recibir esa ayuda pública sin la que su existencia sería casi imposible. La política es un tema tabú en Castilla; sólo quienes pertenecen a las élites del poder político o tienen suficiente valor hablan y discuten abiertamente en estos temas, con la diferencia que los segundos serán objeto de amenazas, atentados contra sus bienes, físicos o sus familiares. Conocen perfectamente los mecanismos para controlar la sociedad: pésima formación educativa, fanatismo por el deporte, analfabetismo cultural (incluida la televisión) y patriotismo. Dividen y enfrentan a la sociedad para fortalecerse.

Por último, para acabar, como
mafia con todas las letras que son, poseen un sistema de traspaso de poder hereditario (Villanueva); la única gran diferencia con una organización auténticamente mafiosa es que no matan pero, ¿cuántas muertes laborales, de tráfico o de seguridad ciudadana, por citar tres ejemplos, son computables a una clase política que no ejecuta las leyes con todo su rigor, hace las cosas mirando costes y no beneficios, busca la foto y no la utilidad?

Por cierto, los tildas casi de “desamparados” porque dejan su carrera profesional por dedicarse a la gestión pública como políticos, ¿crees que me voy a tragar que haya de sentir lástima por alguien de esta
mafia? Cuando su carrera política acaba, su organización ya les tiene preparados un puesto de responsabilidad en un órgano público inútil o en un despacho de oficina de cualquier empresa para que no les falte un sueldo mensual de cuatro cifras mínimo en lo que les reste de su vida laboral


