Antes Gárgola se preguntaba cómo se explica que se posea el territorio de Treviño.
La respuesta más simple es por conquista, pero me gustaría extender un poco el tema, para lo cual he recurrido a algún que otro copypaste lo más objetivo posible.
La fundación de Treviño se realizó en el año 1161 a cargo del rey de Navarra Sancho VI el Sabio.
La incorporación definitiva de Treviño a Castilla data del año 1200. En aquel año, Alfonso VIII de Castilla declara la guerra al rey de Navarra Sancho VI el Fuerte (auxiliado por los almohades). La victoria fue para las tropas castellanas y Treviño quedó anexionado a Castilla.
(Añado una aclaración comprobable en cualquier libro de historia que profundice en la materia: Vitoria y Treviño opusieron resistencia a la conquista por lo que esa fue la razón por la que pasaron a ser villas de realengo, bajo la autoridad directa del rey de Castilla, el resto del territorio, pues lo de la provincia aún queda distante, se rige por la Junta de Arriaga, con autonomía del poder real, pero sin la continuidad que se le quiere dar con las actuales Juntas Generales de Álava)
Durante el siglo XIII tiene lugar en la zona una gran expansión demográfica, llegándose a crear 38 aldeas nuevas que se esparcen en su mayoría por el costado occidental de los Montes de Vitoria. Testimonio de este empuje demográfico son los diversos templos románicos de la zona.
Es a partir de esta época, con Alfonso X, Sancho IV y Fernando IV cuando tiene lugar la confirmación de costumbres y franquicias de la villa, fijando sus términos.
El 8 de Abril de 1366 Enrique II de Trastámara concedió a Pedro Manrique, como pago a los servicios prestados, la villa de Treviño de Uda con todas sus aldeas y términos. Por tanto pasa de ser zona de realengo a zona de señorío. Posteriormente y por concesión real, Diego Gómez Manrique, biznieto el primer señor, obtuvo en 1453 el título de primer Conde de Treviño.
(Otra aclaración: Previamente en 1332 se confirma la autoridad efectiva de Castilla sobre todo el territorio Alavés con la disolución de las Juntas de Arriaga, si os interesa el tema, veréis que muchas de las poblaciones que las constituían fueron adscribiéndose al territorio de realengo, de autoridad directa del rey, con lo que llegó un punto en que la capacidad de intervención del rey en las juntas era ya muy importante. Es a partir de esta época donde se produce un aumento del poder tanto real como de los señores, algo que no había ocurrido en la Corona de Castilla en sus inicios, lo que se acrecienta en el siglo siguiente)
En la carta de donación fechada en Burgos el 8 de abril de 1366 el monarca castellano otorgaba a su Adelantado Mayor “por donación pura e perpetuamente, para siempre jamás, la nuestra villa de Treviño de Uda, con todas sus aldeas, e con todos sus términos, e con todas las otras cosas que le pertenecen ... e con todos sus términos, poblados e por poblar, e con montes, e prados, e pastos, ..., e aguas, ..., e con martiniegas, e con portazgos, e pasaje, e recuaje, ... por juro de heredad para él y los suyos...” Desde aquel preciso instante Treviño y sus aldeas quedaron incorporadas al mayorazgo de los Manrique de Lara, que como señores jurisdiccionales que eran de ella tenían al dominio e la tierra, jurisdicción sobre sus moradores y poder para tributos.
Mientras guipuzcoanos y vizcaínos se habían dotado durante el último cuarto del siglo XIV de los correspondientes instrumentos Jurídicos y englobado a la práctica totalidad de los lugares de cada uno de esos territorios, sólo en 1417 tres villas alavesas -Vitoria, Salvatierra y Treviño-, intentaron agrupar al resto del territorio. Si no lo lograron fue por dos razones: en primer lugar, por los frenos derivados de la fuerte presión señorial, consecuencia de la reseñorialización -en torno al 80% de las tierras alavesas pasaron a manos de los señores que había sufrido Álava durante la segunda mitad del siglo XIV, un proceso que no se había producido con igual intensidad en Vizcaya y Guipúzcoa; y, en segundo lugar, por la 1a debilidad del mundo rural alavés, entendido este no sólo en el sentido del reducido número de habitantes que vivían en las villas, sino también en el del escaso potencial económico de las mismas, traducido en una exigua influencia social y política en el territorio. Los condicionantes señalados determinaron, por tanto, la evolución de los conflictos sociales en Álava y, por supuesto, la creación de la propia Hermandad, cuya definitiva constitución en 1463 triunfó gracias a la directa intervención del monarca castellano, interesado en pacificar un territorio del que percibía cuantiosas rentas procedentes del tráfico comercial y, sobre todo, al cambio en la correlación de fuerzas que había tenido lugar como consecuencia de la decidida voluntad de los sectores mas dinámicos de la sociedad alavesa -los comerciales y, en particular, los vitorianos- por erradicar las trabas impuestas al desarrollo de la actividad económica y a la alianza de esos grupos con las gentes de las villas y con los campesinos, cuya reacción frente a las arbitrariedades de los señores es cada vez más notoria y contundente.
Cuando medio siglo más tarde, en 1463, se creó la Hermandad de Hermandades Alavesas en Ribavellosa se delimitó la extensión del territorio alavés. Treviño siempre permaneció fuera de ella a pesar de haber promovido el intento de 1417. La Puebla formó parte de la Hermandad Alavesa, aunque sin que se sepa cuándo ni por qué se separó de ella antes de finalizar el siglo XV.
Nada tiene de extraño estas incorporaciones o separaciones ya que en aquella época las decisiones las tomaban los señores en función de sus intereses y de sus alianzas para conspirar en palacio. Así, paradojas de la historia, los Manrique, dueños de Treviño eran mal vistos en la corte castellana por sus relaciones con los monarcas navarros y partidarios de Isabel, la hermanastra de Juana, en la guerra de sucesión que asoló Castilla a la muerte de Enrique IV. Por eso no participaron en la fundación de la Hermandad Alavesa inspirada por el monarca castellano.
(Ultima nota: Obvio mencionar los intentos de Treviño para incorporarse a la Hermandad y posterior provincia de Álava, pues son numerosos y nada tienen que ver con un "expansionismo vasco" actual, o "colonización", esos intentos son muy anteriores a la existencia del actual nacionalismo y se acrecientan precisamente cuando desaparecen las principales razones que impiden (desde el punto de vista del gobierno central) la incorporación, con la supresión de señoríos y fueros. No obstante hay abundante material en la red)
Para mí el problema de los límites, no solo con Treviño, de Castilla o de otros reinos y en especial y por lo que me toca, de La Rioja, es que se buscan en muchas ocasiones las fronteras más favorables de tiempos históricos mejores. Así es difícil llegar a un punto medio, sobre todo si se choca con los intereses de las personas que ahí viven.
Ciertamente hay temas que me han llamado la atención, como los Carreteristas, que inexplicablemente, en su búsqueda de la quintaesencia castellana, excluyen territorios fuera de toda duda castellanos e incluyen otros que según su propio criterio de comunidad de tierra y villa, nunca lo fueron, e incluso algunos de incorporación tardía a la corona (En general toda la Rioja y en especial La Sonsierra riojana, por ejemplo en 1462)
Perdón por el rollo, pero el tema me parece muy interesante