Decir que al comprar un producto estoy pagando(entiéndase como que ese canal me cuesta dinero por verlo) a la tele donde, entre otros muchos sitios, se publicita me parece querido Donsace bastante retorcido.
Claro que lo pagas en tanto que una marca se asocie deliveradamente a otra. Lo vemos todos los días en infinidad de programas: Génesis y el Corte ingles patrocinan el tiempo en diversas cadenas, Wella le tiñe las canas a las marujas que ven Sálvame, Gallina Blanca acopamñaba a los sufridores del 1,2,3...
Cuando compras una marca, apoyas esa asociación de imagénes comerciales las de las cadenas o los programas concretos si esta asociación es más explícita. Y además lo pagas lo veas o no, simplemente por comprarlo aunque tu compra haya surgido de manera espontánea sin ver el anuncio. De ahí surge todo el sentido de las marcas blancas. No quiero pagar la publi: no compro la marca (lo conocido, lo uqe se promociona, el producto sí que lo pagas).
Desde mi punto de vista es más transparente pagar unos impuestos o unas tasas (especialmente ésta última donde hay una asociación directa entre el concepto de la tasa y el valor que se paga) y ver unos presupuestos generales con una partida para la TV pública que la financiación de las TV privadas donde los "ingresos por publicidad" es un totum revolutum.
Soy perfectamnete consciente de que ser ciudadano (o contribuyente) y consumidor no es exactamente lo mismo*, pero resulta que visto a grandes rasgos las masas de unos y otros vienen a ser prácticamente la misma. La TV pública financiada con anuncios tiene que dar un servicio comercial a sus anunciantes, si se financia con dinero público el servicio deberá ser exclusivamente público. Aunque el modelo de financiación de la tv pública actual no sea éste porque son las cadenas pirvadas (es decir, la publi y los consumidores) las que pasan una parte de los ingresos por publicdidad a la rtve, por lo que, en lugar de aclara la procedencia de los dineros, se ha oscurecido todavía más.
*eso del ciudadano-consumidor, no me negarás que es una cosa que la neoliberalidad de tres al cuarto española se ha encargado de difundir a conciencia. Como soy contribuyente y pago, exijo (que es un calco de eso "quien manda es el cliente"). No es que vea mal lo de ser ciudadanos exigentes, lo que veo mal es la asociación maligna dogmática (¡coño, como los sociatas!
) que hacen los neoliberales de dos cosas totalmente distintas.