El problema es que la tubería manchega no se va a enfocar como una forma de acelerar la recarga de los acuiferos a modo de "tabula rasa" para volver a comenzar pero explotando los recursos de manera racional, sino como una forma de perpetuar una situación insostenible.
Y en este sentido los abusos son considerables: el acuifero se agota mientras en los Llanos de Albacete amplias extensiones de maizales son regados por aspersión, y no solo maiz, en las inmediaciones de Mahora he llegado a ver viña regada por aspersión, algo que cabe tildar sin dudarlo como el colmo del derroche y la irresponsabilidad.
Y estas cosas suceden mientras el otrora terrible río Júcar es literalmente vadeable a pie metros abajo del puente de la Rambla, en Alcalá del Júcar. Aguas abajo solo la sucesión de embalses y represas dota al rio de una profundidad respetable e imagen digna de un curso fluvial de aceptable caudal.
Si el dinero destinado a perpetuar el desastre se emplease mejor en modernizar los sistemas de regadío, reestructurar cultivos y controlar de verdad las extracciones ilegales, esa tubería tendría un sentido como elemento para optimizar la gestión territorial, facilitando trasvases de urgencia en caso de excedente en la zona donante y contribuyendo a un desarrollo territorial equilibrado y armónico. Lamentablemente la concepción de la tubería conduce justo a lo contrario.
¿Beneficia eso a la población manchega? Sinceramente lo dudo bastante. La irrigación masiva lejos de beneficiar al pequeño y mediano agricultor está acelerando su ruina al multiplicar el excedente procedente de las grandes explotaciones latifundistas. Ante el desplome de los precios el latifundista aún puede defenderse en base a la cantidad mienstras el pequeño y mediano agricultor se ve cada vez mñas incapaz de cubrir gastos. Por si fuera poco el gran propietario dispone de capacidad financiera para mecanizar la producción, reduciendo costes de explotación mientras para ello el pequeño y mediano agricultor ha de endeudarse en un contexto de pñerdida generalizada de poder adquisitivo.
La secuencia: sobreproducción latifundista -caida de los precios-necesidad del agricultor de compensarlo subiendo la producción-mayor caida de los precios, está en estos momentos estrangulando al agricultor y es un lazo que se rompe facilmente tirando de su primer extremo: contener la sobreproducción mediante una limitación estricta del espacio a irrigar por propietario, que es justo lo contrario a lo que se propone con la tubería.
Bien puede decirse en voz bien alta que EL PSOE ESTÁ HACIENDO MÁS POR EXTENDER EL LATIFUNDIO CON PERJUICIO PARA EL AGRICULTOR MEDIO QUE ALGÚN RÉGIMEN PREDEMOCRÁTICO. Cada euro que el desgobierno de Barreda invierta en sostener un modelo basado en irrigación a mansalva es un euro invertido contra la población de La Mancha y a favor de una minoría acomodada. Más nos valdría que el agua rebosase hasta mojarnos los pies que eso que está haciendo el PSOE, lo mismo a fin de cuentas que propone el PP.

