Traigo este post al hilo de Castilla la Nueva, porque representa una interesante etapa de nuestra historia: el regionalismo manchego y la confeccionada como 'bandera de la Mancha'. Este periodo se inició en los albores del siglo XX, aproximadamente en 1900, y ocupó todo el reinado de Alfonso XIII hasta la dictadura de Primo de Rivera (1293).
El propio régimen de Alfonso XIII fomentaba el regionalismo manchego, al que imbuyó de los principios monárquicos y como que sirvió para apuntalar en la Castilla meridional, tanto la Corona del Rey, como el gobierno de los caciques que lo sustentaban.
Vamos con lo que dicen los libros:
El 22 de Agosto de 1906, primer año de la existencia del Centro Regional Manchego, la directiva del mismo aprobó una circular con instrucciones para la formación de las Juntas Locales. Entre esta fecha y el 10 de Septiembre del mismo año se exhibió por primera vez la llamada 'bandera de la Mancha', creada según parece en Daimiel por un grupo de simpatizantes de aquella localidad. La idea de los organizadores del acto regionalista es que la bandera exhibida en Daimiel constituyera desde entonces el símbolo representativo de la región manchega.
Bandera bordada de la Mancha:
Sin embargo, los simpatizantes de Daimiel cometieron un error: si hubieran regalado la bandera al Centro Regional Manchego, éste la hubiera exhibido en sus mítines regionalistas por todas las poblaciones de la Mancha, y la enseña hubiera acabado por gozar del fervor popular. Sin embargo a nadie se le ocurrió confeccionar otra, y el único ejemplar existente se quedó en Daimiel, donde al cabo de los años fue casi totalmente olvidado.
Daniel Bascuñana Charfole, regionalista manchego promotor del movimiento y redactor del mayor estudio hasta la fecha sobre el mismo, afirmaba:
"Bajo nuestra bandera cabe el Rey. ¿Cómo no? Bajo nuestra bandera, España, federada e indivisible, acaso logre regenerarse... Nuestra bandera tiene ya un himno. Y de nuestra bandera serán fieles prosélitos todos los manchegos honrados de verdad y conscientes patriotas sin falsía. Nuestra bandera debiera llegar a ser el terror del caciquismo; ¿Qué mayor gloria para los prosélitos de la bandera?"
"Pero si el tema de la bandera regional no tuviera ambiente en las comarcas españolas, ¡Desdichado país!, porque el centralismo acabaría de descuartizar y arrojar a la jauría imperialista de la vieja y podrida Europa lo que nos queda de Las Españas de Carlos V y Felipe II'
Entre las causas esterilizadoras del movimiento regionalista manchego, había una muy importante: las crisis internas del verdadero adalid de la idea, del Centro Regional Manchego. El éxito primitivo de la sociedad había sido total. Cerca de tres mil socios se inscribieron en los primeros años.
Pero la misma dinámica democrática del Centro fue su perdición. Sus creadores habían intentado que fuera "un Comité de acción incesante" regionalista, "la más genuina representación regional", un verdadero adalid del regionalismo manchego. Y las primeras Juntas Directivas, en que esta idea imperaba sobre todas las demás, tuvieron, democráticamente, que dejar paso a otras menos entusiastas con la idea del regionalismo y, al final, como decía amargamente Bascuñana Charfole, "los fines del Centro Regional Manchego fuelbn secuestrados y desnaturalizados por el Centralismo y sus secuaces".
Todas estas crisis se resolvieron hacia 1910, en que tomó la presidencia del Centro don Tomás Romero, quien, con ayuda de una Junta Directiva entusiasta, dió un nuevo giro a la sociedad.
Posiblemente, tanto la bandera como el mismo regionalismo manchego, salieran perjudicados con la polémica entablada en 1914 y 1915 entre los partidarios de la Mancomunidad Castellana y los de la Mancomunidad Manchega; polémica estéril y negativa pues el resultado de la misma fue que ninguna de las posibles Mancomunidades se llevara a efecto.
En Mayo de 1918 (aunque definitivamente no sería hasta Diciembre) se creó una filial del Centro, la Juventud Central Manchega, con domicilio en la calle de la Cruz números 5 y 7 de Madrid, con el fin de agrupar las actividades de todos los jóvenes manchegos residentes en la capital de España.
En diciembre de 1918, un grupo de alumnas de la Escuela Normal de Maestras de Albacete, acompañadas de sus profesoras, realizó un viaje de estudios por Toledo y Madrid. Después de las correspondientes visitas a los museos y monumentos artísticos, el Centro Regional Manchego tuvo la gentileza de realizar un acto social en su honor. Al final de la velada, el Senador del Reino don Vicente Buendía, Presidente del Centro, pronunció unas palabras de salutación que fueron coreadas con vivas a Albacete, a la Mancha y a España. Habló también el Presidente de la comisión organizadora de la Juventud Central Manchega, don Francisco Hernández Borondo, y, finalmente, la profesora de la Normal de Maestras de Albacete, doña Pilar Bris, en nombre de sus compañeras y alumnas, para agradecer el agasajo y ofrecer que en la Escuela se bordaría la bandera regional, para que sirviera de enseña de las proyectadas juventudes.
Acto de entrega de la bandera al Centro Regional Manchego en 1919:
El ejemplar de la bandera que elaboraron las señoritas albacetenses era de gran tamaño. La enseña se dividía en cuatro cuarteles, con los colores negro, rojo, azul y blanco, que pertenecen respectívamente a Toledo, Cuenca, Ciudad Real y Albacete, y en el centro, bordado en oro, plata, sedas, perlas y piedras, aparecía un gran escudo de Alfonso XIII. En la parte superior del asta pendía también una corbata de seda con los colores nacionales. Los colores representan los fondos de los escudos de las capitales de las cuatro provincias manchegas.
Exposición Regional de Ciudad Real, en Septiembre de 1919:
El 20 de marzo de 1919, en la revista Vida Manchega se publica la versión para piano de un himno a la Mancha, música del maestro Segura y letra de Martín Ramales. Y unos años más tarde, hacia 1927, se divulga una versión mejorada de la letra de este himno, en la que la firma de Martín Ramales ha sido sustituida por la de Francisco Colás.
Partitura para piano del Himno a la Mancha:
HIMNO A LA MANCHA
Nuestra canción viene a representar
de la Región el cántico, triunfal.
Parra emular a otras regiones
la Mancha fecunda se ve resurgir, llevando
a su triunfo los nobles pendones de un
Himno al trabajo vibrante y viril.
Nuestra canción viene a representar, etc.
Cantemos el Himno con amor ferviente;
las secas estepas que el sol calcínó,
han dado una raza serena y valiente
que al par que sus rubios trigales creció.
Reclama a sus hilos la tierra manchega.
Todo buen manchego se postra a sus pies, y
ofrenda de ancores a sus plantas lleva, su
amor hecho nanes en la rubia mies
Nuestra canción viene a representar, etc.
fruuto de peones en la gaiñanía
cuando en los destajos limpian su sudor,
cantando manchegas de la patria mía
que hablan de su Virgen y hablan de su amor.
Nuestra canción viene a representar, etc.
Este Hinnro es un canto de amor al trabajo,
de amor al terruño que nos vió nacer,
Himno sacrosanto que desde el destajo
de la parda tierra nos invade el ser.
Himno sacrosanto de los que remueven
los pardos terrones del triste erial,
y al cielo mirando, con su fe se atreven
a esparcir los granos del rubio candeal.
Nuestra canción viene a representar
de la región el cántico triunfal
¡Viva La Mancha!, ¡ Viva la Región!
El 14 de Junio de 1919, en el Teatro Cervantes de Albacete, se hizo entrega solemne de la bandera de la Mancha a los directivos del Centro Regional Manchego.
Artículo en la revista 'Vida Manchega' de Ciudad Real el 5 de Septiembre de 1919:
No sabemos cuándo se perdió la bandera, ni cuando llegó a borrarse incluso de la memoria de las gentes. Con la subida al poder del general Primo de Rivera en 1923 el Centro Regional Manchego fue clausurado, igual que otras muchas sociedades regionalistas de toda España. En 1931 aparece una Casa de la Mancha en Madrid, con domicilio distinto al del Centro Regional Manchego. Esta nueva sociedad, que posiblemente no heredara ni el Archivo ni las pertenencias de la anterior, sería nuevamente disuelta en 1936, con los avatares de la guerra civil. Por fin, en 1951 se establecía la actual Casa de la Mancha, donde tampoco se conservan los archivos ni las pertenencias de las sociedades regionales que le precedieron.