A este paso no se van a catalogar determinadas acciones como terristas en función de su magnitud y método de ejecución como se ha venido haciendo hasta ahora, sino que en breve, las acciones se computarán como terroristas dependiendo de la ideología del que las lleva a cabo.
Pues yo creo que eso es lo que siempre ha ocurrido. Terrorismo es oficialmente la violencia que va contra el orden establecido. Pero dentro de la definición de terrorismo se pueden incluir más, incluso la que ejerce el orden establecido. Ejemplos se podrían poner a decenas.
Entonces y según esto, terrorismo sería toda acción violenta que no sea estrictamente encaminada a la autodefensa (una agresión bélica de un estado hacia otro, sería terrorismo).
En teoría podría valer, porque la violencia suele generar terror. Pero en la práctica y dadas las connotaciones que tiene la palabra terrorismo, debemos estrechar un poco más el cerco.
De todas formas, creo que aún nos basamos en parte en el "método de ejecución". Las acciones violentas llevadas a cabo por parte de los estados, suelen hacerse "a plena luz del día ya cara descubierta" y se pretende que contra objetivos militares (ej: Israel bombardea un centro de Hamás en Gaza), y las acciones de los grupos terroristas suelen ejecutarse indiscriminadamente contra civiles o militares y contra personas que por una razon un otra carecen de medios en ese instante para defenderse (ej: un turbantero se inmola en un tren, un tiro en la nuca por la espalda).
El problema, es que el resultado de ambas acciones es el mismo: muerte. Y otro problema que se plantea es que los bombardeos pretendidos contra instalaciones militares, terminan matando a civiles si o también lo que cínicamente se llaman "daños colaterales" o "errores de cálculo", para mí, esto también es terrorismo. Porque cuando lanzas una bomba, no sabes a ciencia cierta a quien le puede caer.
Desde luego para mí el soldado yankee que quiere imitar a Rambo matando en Irak, es igual de terrorista que el débil mental al que han capatado para Al Quaeda.
La eterna doble vara: unas violencias nos las venden como la repera, deseables y "lo mejor que podía ocurrir" mientras que otras, que otras ya no interesan y son demonizadas hasta la saciedad. El mundo está enfermo, definitivamente.