¿Cuántas veces habré oído a mis compañeras, luchadoras feministas, quejarse de qué sus nichos de empleo preferente son los cuidados de todo tipo en servicios sociales, dependientas de supermercados y tiendas de ropa o maestras? ¿Cuántas veces las habré oído quejarse de cuánto le cuesta a la mujer organizarse y luchar por sus derechos? Claro, que lo mismo para oir estas cosas hay que estar relacionado con la lucha feminista, no solo leer las noticias de El País.
No sólo por estar vinculado a la lucha feminista sino a los principios antipatriarcado que aunque pueden estar unido, no lo están necesariamente.
Hay un libro editado por la UNED, cuya autora es Raquel Osborne, "Violencia contra las mujeres" que habla de este asunto, de como la sociedad lleva, o empuja a las mujeres a estos nichos, pero ahora te pregunto ¿somos responsables los hombres de ello?
No creo que los problemas de las mujeres sean directamente responsables los hombres, no es un problema sectario de un grupo contra otro, o al menos no quisiera caer en lo que considero un error, sino que es fruto de una sociedad que aún no ha superado los principio del Movimiento y que la Sección femenina impuso un modelo social que es complicado de superar pues necesitaras otras dos generaciones enteras, y eso, lo puedes solventar mas o menos en las grandes poblaciones, pero en la dispersa Castilla. ja.
Ahora bien la diferenciacion de las tareas no creo que es una cuestión de voluntades sexuales sino de la propia aceptación de las diferencias sexuales que tenemos, diferencias que condicionan nuestra forma de actuar.
Y por poner un ejemplo, he necesitado contratar una persona para recoger a mi hija del cole los dias que ni mi mujer ni yo podemos, pusimos un anuncio en el periodico segundamano, TODAS las solicitudes fueron mujeres. ¿Estaban obligadas o los hombres consideran indignos estos trabajos y las mujeres no?
Los tiempos van cambiando, sectores tan tradicionalmente masculinos como los mineros, los bomberos, o los antidisturbios van incoporando mujeres a sus plantillas, no sin el consiguiente malestar que conlleva la resilencia a los cambios en los trabajos.
Pero si seguimos poniendo ejemplos podriamos estar dos años, si es cierto que la sociedad y nuestras costumbres nos condicionan.

