Ayer: En el siglo XVI, un procurador de Segovia a su regreso de las cortes castellanas es
ejecutado al no cumplir el mandato para el que había sido enviado.
(Entiéndase que hoy esto es una barbaridad)
Hoy: A sabiendas de sus trapicheos como diplomático, el número dos de la lista de candidatos al Congreso, Gómez de la Serna, es elegido diputado por los segovianos, nadie dice ni mu, y el susodicho, habiendo sido imputado por un juez de la AN, recoge su acta y promete su cargo en el hemiciclo
permitiendo esta situación su aforamiento (posibilidad de ser juzgado en el Tribunal Supremo con mejores espectativas).
Quién te ha visto y quién te ve, Castilla.