Gaspar Núñez de Arce
Gaspar Núñez de Arce
Núñez de Arce.jpg
Información personal
Nacimiento 4 de agosto de 1832
Valladolid (España)
Fallecimiento 9 de junio de 1903 (70 años)
Madrid (España)
Lugar de sepultura Cementerio de San Justo Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad española
Información profesional
Ocupación poeta y polÃtico
Cargos ocupados
Diputado de España Ver y modificar los datos en Wikidata
Miembro de
Real Academia Española Ver y modificar los datos en Wikidata
Distinciones
Hijo Adoptivo de Toledo Ver y modificar los datos en Wikidata
Firma Firma de Gaspar Núñez de Arce, Blanco y Negro, 06-05-1893.svg
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Gaspar Núñez de Arce (Valladolid, 4 de agosto de 1832nota 11-Madrid, 9 de junio de 1903) fue un poeta y polÃtico español que evolucionó del Romanticismo hacia el realismo literario. Fue gobernador civil de Barcelona, diputado por Valladolid en 1865 y ministro de Ultramar, Interior y Educación con el partido progresista de Sagasta. Nombrado académico en 1874.
Ãndice [ocultar]
1 BiografÃa
2 Estilo y obra
2.1 Teatro
2.2 Narrativa
2.3 PoesÃa narrativa
2.4 PoesÃa
3 Véase también
4 Notas
5 Referencias
6 Enlaces externos
BiografÃa[editar]
Hijo de un modesto empleado de correos, su familia quiso destinarlo a la carrera eclesiástica, pero se opuso a ingresar en el seminario y se fugó a Madrid. Allà inició algunos estudios y entró en la redacción de El Observador, un periódico liberal. Después fundó el periódico El Bachiller Honduras, que toma nombre del seudónimo que adoptó para firmar sus artÃculos, y donde abogó por una polÃtica que unificase las distintas ramificaciones del liberalismo. En 1849 entró en el mundo de las letras al estrenar en Toledo la pieza teatral Amor y orgullo.
Caricaturizado por Mecachis (La Semana Cómica, 24 de agosto de 1888)
Su participación como cronista en la Campaña de Ãfrica (1859-1860) fue una de las causas de su posterior implicación en la vida polÃtica. Estuvo recluido en la prisión de Cáceres a causa de sus ataques contra la polÃtica conservadora del general Narváez. Cuando cayó Isabel II, fue elegido secretario de la Junta Revolucionaria de Cataluña y redactó el Manifiesto a la Nación publicado por el gobierno provisional el 26 de octubre de 1868. Fue también gobernador civil de Barcelona, diputado por Valladolid en 1865 y ministro de Ultramar, Interior y Educación con el partido progresista de Sagasta.
Nombrado senador vitalicio en 1886, su salud le llevó a dejar la actividad polÃtica en 1890. Entró en la Real Academia de la Lengua el 8 de enero de 1874 y fue presidente de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles durante el periodo de 1882 a 1903.
Estilo y obra[editar]
Comenzó a escribir teatro en colaboración con Antonio Hurtado, y continuó solo su dramaturgia, en la que destaca el drama histórico, El haz de leña (1872), sobre Felipe II y el prÃncipe don Carlos, donde no sigue la leyenda negra y procura mantenerse fiel a la realidad histórica (y sin embargo domina el valor poético sobre el teatral). Escribió además Deudas de la honra (1863), Quien debe paga (1867), Justicia providencial (1872) y otras obras.
Su producción poética alcanzó mayor repercusión: Gritos del combate y Raimundo Lulio, este último en tercetos, fueron publicados en 1875; en el primero, tal vez su libro poético más famoso, figuran las piezas «A Darwin», «A Voltaire», «La duda», «Tristeza» y «El miserere». La última lamentación de Lord Byron, en octava real, La selva oscura, inspirada en Dante Alighieri, y El vértigo, en décimas, son de 1879. La visión de fray MartÃn (1880), La pesca (1884), donde se declara un gran amante y observador de la naturaleza, Maruja (1886), etc. Dejó inacabados Luzbel y Hernán el lobo (1881). Sus poemas históricos se diferencian de los románticos en que no tratan de describir ambientes, quizá por influjo del monólogo dramático de Robert Browning.
Busto de Gaspar Núñez de Arce en el Campo Grande de Valladolid.
Sus escritos teóricos, en especial su Discurso sobre la poesÃa, leÃdo el 3 de diciembre de 1887 en el Ateneo de Madrid y reproducido más tarde en la segunda edición de Gritos del combate (primera ed. en 1875) con ampliaciones, lo muestran como un poeta muy consciente de la misión del escritor en la sociedad como poeta cÃvico, y de amplia instrucción tanto en poesÃa clásica española como extranjera, en especial anglosajona. Definió la poesÃa como «Arte maestra por excelencia, puesto que contiene en sà misma todas las demás, cuenta para lograr sus fines con medios excepcionales: esculpe con la palabra como la escultura en la piedra; anima sus concepciones con el color, como la pintura, y se sirve del ritmo, como la música». Su obra, amplia y diversa, incluye desde los epigramas de Humoradas a poemas pacifistas, y otros en los que expresa la crisis de su fe religiosa. Su poesÃa recuerda en ciertos momentos la de Gabriel GarcÃa Tassara. Fue un gran artÃfice del verso, cuya forma le obsesionaba, negándose a la inspiración apresurada.
Su estilo busca la sencillez expresiva y rehúye la retórica tanto como Campoamor, pese a lo cual no incurre en el prosaÃsmo de este autor: «¿Hay acaso nada tan ridÃculo como la prosa complicada, recargada de adornos, disuelta en tropos...? (...) Lo declaro con franqueza: nada tan insoportable para mà como la prosa poética, no expresiva, sino chillona...». Sostuvo, sin embargo, como éste, que el ritmo lo era todo en el verso, ya que «suprimir el ritmo, el metro y la rima, serÃa tanto como matar a traición a la poesÃa». Al hablar de Robert Browning, dice: «los poetas... no deben escribir para ser explicados, sino para ser sentidos», y aquà tenemos otra de las caracterÃsticas de su poesÃa: el predominio de lo sentimental sobre lo racional, de las sensaciones sobre los conceptos.

