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Autor Tema: Un héroe castellano: don Pedro Niño, conde de Buelna.  (Leído 10173 veces)
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El Ermitaño del Moncayo
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« : Mayo 11, 2006, 21:59:58 »


Hace tiempo, en otro foro, colgué un pequeño artículo sobre un héroe medieval castellano que combatió en Francia, en Inglaterra y en el Mediterráneo. Quizá alguno llegara a leerlo. Creo recordar que Sopa Castellana lo incluyó en su página. Se trataba de un personaje fascinante, pero, desgraciadamente, poco conocido entre nosotros. Y me tomé como si fuera una cuestión casi personal darlo a conocer. Es un personaje que bien pudiera merecer un reconocimiento de "segundo Cid".
He añadido algunas cosas más al artículo, y creo que puede ser curioso y agradar a algunos foreros. Aclarar que se trata sólo de un episodio de su vida, y que al final del texto aparece una pequeña bibliografía para conocer más cosas. Si tengo tiempo, escribiré otro texto sobre el resto de su vida.

Saludos.


CORSARIOS CASTELLANOS CONTRA EL INGLÉS. VIDA DE UN
HÉROE LEGENDARIO: DON PEDRO NIÑO, CONDE DE BUELNA.

Nos encontramos en el período histórico comprendido entre el último tercio del siglo XIV y los primeros años de la siguiente centuria. Los monarcas europeos asisten asombrados a un poderoso despliegue internacional de la marina atlántica castellana, coincidiendo con la fase definitiva de la Guerra de los Cien Años y la llegada al trono castellano de la dinastía Trastámara, dinastía caballeresca por excelencia (recordemos que tres cuartas partes del territorio francés se hallaban ocupadas por tropas inglesas cuyos reyes, en virtud de antiguos pactos de sangre y vasallaje, creían tener derecho al trono francés, siendo éste uno de los orígenes de la guerra) .
En apoyo de Francia, y en defensa de nuestras naves comerciales que atravesaban el Canal de la Mancha para el comercio de lanas con Flandes, permanentemente amenazadas por los filibusteros, la ofensiva castellana desplegará un auténtico vendaval destructor que se abatirá sobre las costas inglesas, su flota y las de sus aliados.
Así, en 1372, una flota castellana a las órdenes de Díaz de Rojas, Cabeza de Vaca, Fernando de Pión y el genovés Ambrosio Bocanegra, compuesta por doce naves de guerra, destruye completamente a la inglesa, treinta y séis naves portadoras del tesoro que financiaba el ejército expedicionario inglés, en la decisiva batalla del puerto de La Rochelle, estocada definitiva contra el poder británico en Francia. Como señalaba el cronista Jean de Froissart, “... por muy caro que lo pagaran los barones, caballeros y escuderos que allí fueron muertos o capturados, el rey de Inglaterra perdió más que nadie pues por aquella derrota se perdió luego todo el país...”  Decía también nuestro  buen cronista, algo fastidiado por una derrota que justifica aumentando los efectivos reales de la flota castellana, que “...allí fue capturado el conde (de Pembroke, almirante inglés) y todos los que estaban en su barco fueron muertos o apresados...” “...No pudo escapar nadie...”  Todo ello sucedió la vigilia de San Juan Bautista. Al día siguiente, nuestros compatriotas levaron anclas en medio de grandes fiestas, “...En lo alto de los mástiles llevaban grandes telas a modo de pendones con las armas de Castilla, tan largos que los extremos chocaban a menudo con el agua, y era hermoso de contemplar...”  Pero ahí no terminaron los acontecimientos...
Un més más tarde, otra flota castellana, al mando de Ruy Díaz de Rojas, bloqueó y rindió el puerto definitivamente.
En 1374 nuestros barcos saquearon la isla de Wight y la costa sur de Inglaterra.
En 1375, nuestra flota acabó con los restos de la debiltada “Royal Navy” en la bahía de Borneuf. Por el Tratado de Brujas, la marina castellana quedaba dueña del Canal de la Mancha, y del tráfico mercantil hacia Flandes.
En 1377 la armada castellana destruye Rye y la zona de los cinco puertos (Plymouth, Porthsmouth, Darthmouth, Lewes, Folkestone).
En 1380 una expedición de saqueo remonta el Támesis y prende fuego a los suburbios de Londres (Gravesend).
Y en 1405, una nueva expedición comandada por nuestro héroe saquea otra vez la costa sur inglesa. Lo veremos un poco más abajo.
A su vez, la Liga Hanseática, que agrupaba a los comerciantes germánicos, preocupada por el creciente monopolio castellano, se enfrenta a nuestra flota y es derrotada en 1419, también en las cercanías de La Rochelle.
Frente a Portugal, aliado de los británicos, la superioridad castellana se manifestó en las victorias de Sanlúcar de Barrameda en 1370, Lisboa en 1372 y Saltes en 1381.

En esta época de enfrentamiento generalizado, el recurso a los soldados mercenarios es habitual en las guerras europeas. Nos encontramos en el otoño de la Edad Media, y la caballería carece de las connotaciones sagradas y morales de antaño, convirtiéndose en un selecto club aristocrático ocupado de la guerra, la vida cortesana y los brillantes y violentos torneos. Por ello, no debe extrañar que los grandes capitanes militares descendientes de nobles familias, a menudo carecieran de la condición caballeresca, como fue el caso del capitán de las Compañías Blancas, el bretón Du Guesclin, armado caballero con más de cuarenta años.

Don Pero, o Pedro, Niño, nació en 1378, probablemente en una familia noble venida a menos a causa de su descendencia bastarda nada menos que de nuestro Rey Sabio, don Alfonso X, y de su apoyo a Pedro I durante la Guerra Civil (recordemos, el adversario de Enrique, el fundador de la dinastía Trastamara). Sin embargo, su educación caballeresca quedó garantizada por una infancia cortesana junto al príncipe, futuro Enrique III, y una adolescencia bajo un importante ayo: el condestable Ruy López Dávalos. Su ímpetu, buena presencia y fortaleza física le hicieron destacarse en sus primeras acciones armadas, golpes de mano reales frente a nobles levantiscos. Y con veinticinco años, recibe el encargo de una expedición corsaria por el Mediterráneo.

Pero lo que nos interesa es la siguiente expedición, atlántica, encomendada por el monarca, entre 1405 y 1406, en apoyo francés.
Con tres galeras, Pero Niño es recibido en el ya legendario puerto de La Rochelle por el Condestable de Francia, Charles de Lebret, y a continuación, lanza una terrible ofensiva que destruye toda la zona existente entre esta ciudad y Burdeos, en manos inglesas.
Finalizada la ofensiva, Charles de Savoisy, chambelán de Carlos VI le propone asociarse en corso, es decir, practicar la piratería, exclusivamente contra los ingleses, recibiendo una soldada del Rey de Francia y participación en los beneficios.
Con cinco galeras, navegan hacia la costa enemiga, hasta Cornualles, quemando Saint-Ives, donde capturan dos naves que Pero Niño envía a Harfleur. Merodeando entre Darthmouth y Plymouth, decidieronn el asalto y destrucción del pequeño puerto de Portland, y acto seguido saquearon y destruyeron Poole, patria del afamado pirata Harry Pay. Finalmente, antes de volver a invernar a la localidad francesa de Sérifontaine, cerca de Ruán, en un audaz golpe de mano remontan el Támesis, como hiciera en 1380 Ferrán Sánchez de Tovar, y saquean los alrededores de Southampton.

El otoño e invierno de 1405 transcurren para Pero Niño en medio de actividades cortesanas. En esa época, las condiciones de la mar eran excesivamente duras para la rudimentaria marina de la época.
Retirado en Sérifontaine, en un lujoso palacio, esperaba la muerte el anciano caballero Renaud de Trie, Almirante de Francia y Consejero Real. Conocedor de la empresa de nuestro héroe, le invita varios días a su mansión. Allí, don Pero conoce a la joven y bella esposa de aquel, Jeanne de Bellengues...  Tras esos intensos días, Pero Niño acude a la Corte, a París, a cobrar su soldada, y es recibido afectuosamente por los duques de Orleáns y Borgoña.
La fama cortesana de nuestro héroe aumentará cuando participa en la prueba de quiebra de varas, simulacro de torneo muy de moda en la época, en la plaza de “La Pequeña Bretaña”, donde hoy está el Louvre. Y sobre todo cuando decide participar en el torneo de la plaza de “La Costura de Santa Catalina”. Más de cien caballeros de punta en blanco, es decir, cubiertos por la impresionante armadura de más de treinta kilos de la época, se abalanzan unos contra otros en un impacto brutal. Al caer la noche, sólo uno de ellos, con el rostro cubierto por el yelmo, permanece en pie. Las multitudes de París aguardarán hasta medianoche para ver la cara descubierta del campeón de Castilla.

Contra lo que se cree, estos espectáculos no consistían en enfrentamientos individuales, sino que se formaban dos equipos, e incluso se llegaron a utilizar grandes extensiones de áreas rurales, con municipios incluidos, y con zonas neutrales donde se podía descansar o guardar el botín, pues de esto se trataba. No obstante, las costumbres variaron con el tiempo.

Regresa el buen tiempo y con él comienza la última fase de la campaña. Pero Niño zarpa con sus naves de Ruán, y se reúne con Savoisy en Harfleur, donde acuerdan saquear las costas inglesas del mar del Norte. Sin embargo, las tormentas les impiden su ojetivo, alejándolos a costas belgas (La Esclusa) e impidiendo su enfrentamiento con naves inglesas. Los desperfectos son tales que Savoisy, en el puerto de Gravelines, abandona la expedición. Recobrando los ánimos, Pero Niño navega hacia costas normandas y allí encuentra al caballero bretón Héctor de Pontbriand, quien le propone asociarse para atacar la isla de Jersey. En total ambos líderes comandan unos mil hombres de armas. Tras el desembarco, nuestro héroe recibe el mando de castellanos y bretones, y dispone al ejército para la batalla. Y no se trata de ninguna escaramuza: la isla cuenta con la protección de tres mil guerreros ingleses, doscientos de ellos a caballo. El desordenado ataque inicial inglés resulta fulminado por los aliados, pero a continuación la situación se traba. En medio de la masacre, Pero Niño, su lugarteniente Gutierre Díaz de Games y un grupo de guerreros castellanos rodean las líneas inglesas y se lanzan contra su retaguardia, abatiendo el pendón de San Jorge y acabando con Jacquot de Vinchellez, el oficial real. La desbandada inglesa fue absoluta y don Pero hubo de mantener por la fuerza a sus hombres ordenados, evitando la matanza de prisioneros. Informado de la presencia de varios castillos con más tropas por la zona, los aliados deciden aceptar el rescate que la población les ofrece a cambio de sus vidas: diez mil coronas.
Satisfechos con el resultado, la expedición regresa a Francia, a Brest, donde Pedro Niño, requerido en Castilla, envió mensajes de despedida al Rey y los duques franceses. Acompañado por Robert de Braquemont y el obispo Saint-Flour, embajadores galos, desembarcaron en Santander, y tras una breve parada en su casa de Valladolid, llegaron a la Corte en Madrid, donde don Pero fue colmado de honores y armado caballero por el propio Rey.
Otras aventuras le esperarían. Pero eso es otra historia.


                                                   
Fuente:
“El Victorial”, Gutierre Díaz de Games, Taurus.
“Crónicas”, Jean Froissart, Siruela.
“La Guerra de los 100 Años”, Emilio Mitre, Historia 16.
“Corsarios Castellanos y Vascos en el Mediterráneo Oriental”, M.Teresa
      Ferrer Mallol, CSIC.
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Torremangana
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« Respuesta #1 : Mayo 12, 2006, 00:29:10 »


Interesante sin duda. Desconocia la historia de éste personaje.
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« Respuesta #2 : Mayo 12, 2006, 12:25:11 »


Suscribo lo dicho por Torremangana.
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b]Exierunt foras montani de Malacoria · et venerunt ad Castella.[/b]

En ForosCastilla censuran y manipulan mensajes a su antojo.
Montgomery Burns
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« Respuesta #3 : Mayo 12, 2006, 12:46:18 »


Excelso personaje... ¿Por qué en Castilla no promocionáis más vuestra historia?
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El Ermitaño del Moncayo
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« Respuesta #4 : Mayo 12, 2006, 14:37:05 »


Eso digo yo... Y es una pena porque hay más de uno de este estilo. Hay quien piensa que estos personajes no son importantes para la Historia, que son meramente anecdóticos, pero yo creo que ofrecen (no siempre) ejemplos de comportamiento, como hace tiempo se discutió en referencia al Cid: honor, valor, lealtad...
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Montgomery Burns
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« Respuesta #5 : Mayo 12, 2006, 14:56:16 »


Shakespeare otorgó la inmortalidad a Ricardo III cuyas cualidades eran la traición, el deshonor, la deslealtad,el crimen, el magincidio, la falsedad, el infanticidio... vamos, la joya de la familia York.

Los vuestros son hasta buenos...
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Leka Diaz de Vivar
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« Respuesta #6 : Mayo 12, 2006, 15:26:23 »


Ese no es mas que un fascista saqueador, violento, y encima noble¡¡¡¡

 :wink:  :wink:

Un saludo


PD: no se puede potenciar mas la historia de Castilla, reino conquistador y batallador donde los haya, cuando unos no ven mas que a Torquemadas, masacres y demas...no se puede.
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De todos los libros del mundo el que debería ser prohibido antes que ningún otro es el catálogo de los libros prohibidos.(Lichtenberg)
MesoneroRomanos
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« Respuesta #7 : Mayo 12, 2006, 15:33:43 »


Ermitaño, si que se publicó en la página de Sopa Castellana. Como comentó Oretano hace tiempo. te agradeceríamos que escribieses más artículos de este tipo que son muy interesantes.

Saludos
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El Ermitaño del Moncayo
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« Respuesta #8 : Mayo 12, 2006, 16:55:34 »


Me alegro que os guste y trataré de colar más de este tipo, lo que pasa es que me pierde la tecla (después de que Zapata cerrara el Madrid es Castilla, me propuse no volver a entrar en otro foro porque se me iba el tiempo en ellos, pero aquí estamos...) . Si no me enrollo en algún debate como el que tenemos del 11 M, estoy por otros foros con otras 20 discusiones a la vez.
Espero poner otro en breve. No sé vosotros, pero creo que hacemos un uso poco inteligente de nuestra historia. Quizá nos perdemos en debates demasiado científicos y no damos a conocer estas cosas, que son las que calarían popularmente, y aumentarian la cohesión y la sensación de grupo de los castellanos.
Mesonero, curiosamente, el origen del artículo (y de otros) fue que me lo pidió un compañero cuando yo estaba en TC Madrid, por lo visto para una revista de Guadalajara de la que luego nunca supe. ¿Conoces algo del tema? Y, por cierto, hace tiempo que no leo nada de Oretano, que amablemente me citó en algún mensaje cuando aún no había entrado en el foro. ¿Sabes (sabéis) si sigue por aquí? Me gustaría pedirle consejo sobre un libro del folclore en Castilla la Mancha, que vaya más allá de la mera recopilación de cuentos y entre en el análisis antropológico, mitológico, etc.

Saludos.
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Torremangana
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« Respuesta #9 : Mayo 13, 2006, 01:33:19 »


Oretano pulula por aquí pero me temo q como muchos en estas fechas  están estudiando.
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