Una ciudad de capa y espada La Casa de la Panadería recrea el Madrid del Siglo de Oro con fotos, vídeos y el vestuario de la película 'Alatriste'Cómo era el Madrid de Diego Alatriste y Tenorio, las calles que pisaba, los edificios que contemplaba, las gentes con las que se cruzaba. Los platos que comía, las leyendas que escuchaba, los cuentos que relataba. A éstas y otras dudas responde la exposición El Madrid de Alatriste, el Madrid del Siglo de Oro, inaugurada ayer por el director de la película Alatriste, Agustín Díaz Yanes, los actores Eduardo Noriega, Elena Anaya, Unax Ugalde y Eduard Fernández, así como el organizador de la muestra, Paco Álvarez.
Un soneto del poeta Góngora a la entrada del sótano de la Casa de la Panadería, en plena Plaza Mayor, invita a contemplar el antiguo trazado de la Villa barroca. Un recorrido basado en el plano de Texeira, el más antiguo de la capital que se conserva. Un mapa que cumple 350 años y en el que los edificios, dibujados en perspectiva, desafían la bidimensionalidad del papel que los encierra.
Arturo Pérez-Reverte, autor de las novelas protagonizadas por el espadachín Alatriste, empleó el vetusto plano para ambientar sus aventuras. "El mapa es exacto a las imágenes de un satélite", afirmó Paco Álvarez.
Un paseo artístico que informa al viajero del siglo XXI de que en el siglo XVII ya estaban en pie edificios como el que alberga la muestra -Juan Gómez de Mora construyó la Casa de la Panadería en 1619-, o el monasterio de las Descalzas Reales, fundado en 1559 por doña Juana de Austria. También existía la estatua ecuestre de Felipe IV, en la plaza de Oriente; la casa de las Siete Chimeneas -Juan Bautista la levantó en 1577 en el número 1 de la calle de las Infantas-; o la del dramaturgo Lope de Vega, ubicada en la calle de Cervantes y adquirida por el escritor en 1610.
El vestuario de los actores de la película; cuadros parlantes con charlatanes, damas, comediantes e hidalgos y las fotografías velazqueñas que César Urrutia hizo durante el rodaje, así como un sinfín de paneles sobre los personajes, reales y de leyenda, se unen a la "reconstrucción" viaria y arquitectónica del siglo en el que luchó el valeroso soldado Alatriste. La época de grandes contrastes, de guerras y enfrentamientos del perverso personaje, "imagen rigurosa de un héroe cansado", como lo ha descrito Pérez-Reverte, envuelve al visitante. El actor neoyorquino Viggo Mortensen (que da vida a Alatriste) surge tierno y desafiante
de una de las imágenes de Urrutia.
El fotógrafo explicó que las imágenes digitales se hicieron en "seis o siete minutos" en las pausas del rodaje. Una premura que, sin duda, no afeó el resultado: a los retratos de los actores (sobre fondo gris) se unieron más tarde unos paneles pintados con lanzas o aposentos barrocos. Un tratamiento fotográfico que funde más, si cabe, a Eduard Fernández con Copons, a Javier Cámara con el conde-duque de Olivares, a Blanca Portillo con Bocanegra, y al resto de los actores con los personajes a los que interpretan. Portes tensos, miradas severas, manos apoyadas sobre espadas son las pinceladas velazqueñas escogidas por Urrutia para ambientar sus retratos.
Personajes de honor, reales y de leyenda, verdades y mentiras del siglo de Quevedo y Lope de Vega desfilan en fotos, vídeos y letras ante todos aquellos que esperan con ansia a que se estrene el próximo viernes la película, la más cara de la historia del cine español (24 millones de euros de capital únicamente español).
La muestra habla de un Madrid en el que el tráfico ya era un problema (las calles eran de doble sentido con un solo carril), sobre todo cuando las damas acudían a las romerías en coche y los madrileños -que no disponían de vehículo- alquilaban uno. Una ciudad de más de 100.000 habitantes con 400 vías sinuosas, estrechas y sin empedrar.
Eduardo Noriega, que interpreta al duque de Guadalmedina, y Elena Anaya, que da vida a la malévola Angélica de Alquézar, afirmaron que la película supondrá un punto y aparte en el cine histórico español. De las páginas de los más de 4,5 millones de libros vendidos de Pérez-Reverte surge el asesino a sueldo Alatriste. Una figura que busca conquistar las pantallas a capa y espada.