La Crónica de León- EL Mundo
El único problema, como siempre, es la junta de castilla y león, gargolina. A ver si te quitas la venda de los ojos.
ENTREVISTA / JOSÉ ANTONIO PRIETO CRESPO / Alcalde de Alija del Infantado
POLO FUERTES
ALIJA.— En pleno encierro vecinal en el Consistorio, con amenazas de separarse de León y regresar a la provincia de Zamora a la que pertenecieron en el siglo XIX, Prieto Crespo analiza sus protestas.
P.— ¿De nuevo en las trincheras?
R.— Todo esto es muy comprometido para mi, personalmente. Estamos reivindicando algo que nos parece justo e imprescindible, como es un centro de salud. Ya que otras cosas no llegan, por lo menos que lo relacionado con la salud no quede en meras promesas de políticos. Por ello, los vecinos de Alija del Infantado están en lucha. Sí, de nuevo en las trincheras.
P.— ¿Pero no deja de ser raro que cada vez que pretenden conseguir alguna cosa haya que ir a la protesta?
R.— Algo debe andar mal, porque la verdad es que en este pueblo cada vez que se quiere conseguir alguna cosa nos toca esta pelea. Es desagradable. Pero creemos que es una villa que merece lo más fundamental y por eso luchamos.
P.— Y los vecinos, los primeros en lanzarse...
R.— Entiendo que los vecinos están ya cansados de tanta promesa electoral y, me apoyen a mí o no, se han lanzado de nuevo a la calle para reivindicar algo imprescindible. No queremos que se politice. Hasta tal punto, que si para traer el centro de salud sobro yo, aquí está mi cargo a disposición de quien sea. Pero hablar de sanidad es algo muy serio para la gente.
P.— Lo cierto es que la Administración autonómica, la misma que gobierna en Zamora, a quien amenazan con sumarse, está diciendo que Alija no llega al mínimo de cartillas para instalar el centro médico.
R.— Vamos a ser serios y que el señor delegado (territorial, Eduardo Fernández) sepa que nunca se ha hablado de una unidad básica de salud, como son los de La Bañeza o Astorga. Aquí, desde 1992 se nos ha estado prometiendo un centro de salud, con dos o tres médicos y sus correspondientes auxiliares sanitarios, veterinario, que atiendan permanentemente la sanidad del municipio, la salud de los vecinos. Nada de especialidades ni otras actividades.
P.— ¿Pero eso no requiere las 3.000 cartillas, según la normativa de la Comunidad?
R.— Por supuesto que no. En pueblos de la provincia de Zamora muy cercanos, de los que Alija es centro geométrico (el alcalde es doctor en Geografía), como son Santibáñez de Vidriales, Camarzana de Tera, Mombuey o Tábara, más pequeños que el nuestro y con menos habitantes, tienen ese centro de salud. Entonces..., ¿de dónde saca el señor delegado territorial lo de las 3.000 cartillas?
P.— Como ustedes están muchos pueblos en la provincia y en Castilla y León...
R.— Hay que matizar. Nosotros tenemos una residencia de ancianos con 50 acogidos, en su mayoría impedidos, atendidos por una veintena de empleados. Cuando Mensajeros de la Paz se hizo cargo, la Junta le prometió al Padre Ángel García (lo muestra por escrito) un centro de salud permanente. No se ha cumplido. Tenemos un centro escolar con más de 200 alumnos. Una gran factoría de pollos, con más de 20 empleados. Por la villa pasan diariamente peregrinos en la Vía de la Plata. Tenemos un Museo Etnográfico que visitan cada semana cientos de escolares. Algunas veces las comparaciones no se corresponden con la verdad.
P.— ¿Y el punto de atención continuada que pone la Junta en funcionamiento todos los veranos?
R.— No es tal. Solo funcionó el año pasado y de forma imprecisa. Tan pronto había médico como no lo había. Estuvo cerrado 12 de los 60 días que debía haber desarrollado su labor. Seguimos sin tener ambulancia convencional ni, por supuesto, farmacia de guardia. O sea, si después de cerrar la farmacia, el médico te recetaba un simple antibiótico, había que ir a La Bañeza o a Benavente a comprarlo, 50 kilómetros de viaje (ida y vuelta), que vale más que el medicamento.
P.— ¿Hubo un compromiso en firme cuando le hicieron habilitar espacio para el centro en la Casa Consistorial?
R.— Esa es otra. Está todo escrito. Se hace un gasto importante, ahí están las instalaciones, para seguir sólo como un consultorio, con un médico, en el que de lunes a viernes no está ni dos horas diarias. Ese es el servicio sanitario que tenemos.
P.— Vamos, que no han tenido más remedio que las movilizaciones...
R.— Los vecinos han tenido la última palabra tras el concejo celebrado hace una semana y ellos han decidido las movilizaciones. En el Ayuntamiento tenemos toda la documentación que desde la Junta, desde el entonces Ministerio de Sanidad (previo a la transferencia de competencias) se nos había prometido. Hasta el propio presidente del PP, Mariano Rajoy, está al tanto.
P.— No cree mucho en su partido, el PP, ¿verdad?.
R.— Es que han sido ellos los que se comprometieron. Yo sólo creo en mi pueblo y en mis convecinos. Por ello he dejado mejores trabajos y mejores puestos. Así que, como decía al principio, hay que volver a las trincheras.
P.— ¿Se va a presentar a las próximas elecciones municipales? ¿Y por qué partido?
R.— Es muy pronto para decir algo concreto. En este Ayuntamiento se vive al día y hoy estamos en esta lucha. En cuanto al partido... A mí me gustaría conformar una plataforma rural, en la que los ayuntamientos de los pueblos pudiéramos hacer blandones a los dos partidos mayoritarios. Pero es sólo una idea. Ya veremos.