logologologo
logo ··· logo
Marzo 29, 2024, 00:52:19 *
Bienvenido(a), Visitante. Por favor, ingresa o regístrate.

Ingresar con nombre de usuario, contraseña y duración de la sesión
 
   Inicio   normas Buscar Calendario Expo Castilla Usuarios Ingresar Registrarse Chat Privado  
Páginas: [1]   Ir Abajo
  Imprimir  
Autor Tema: 28 años  (Leído 3277 veces)
0 Usuarios y 1 Visitante están viendo este tema.
Gallium
Líder de la mesnada
******

Aplausos: +35/-8
Desconectado Desconectado

Mensajes: 1165



Ver Perfil
« : Agosto 09, 2006, 19:25:20 »


Es el tiempo que hace que se publicó un artículo con tintes castellanistas (más bien del norte solo, pero bueno, se puede adaptar al conjunto) en el diario El País. Como este artículo me lo encontré mecanografiado entre unos papeles viejos ajenos al tema me gustaría que algún forero corroborara que este texto salió en este diario. Si es así me pregunto qué hizo que El País se olvidara de nuestra tierra tras la transición y hoy día tan sólo tenga edición "castellana" en Madrid que, por cierto, tan sólo usan para poner a parir a los vecinos por no controlar la marbellización de SU parte del Sistema Central. Lo que cambia la izquierda... aunque quizá esto sea bueno para el nacionalismo castellano también, ya que con la derecha no se puede contar: si hay complicaciones votan en masa a los capullos de siempre.

Pues bien, tras esta breve introducción os dejo el artículo:

   <<<En los últimos treinta años ha emigrado de Castilla-León millón y medio de personas, pero en 1595 Mayorga de Campos tenía casi doble población que San Sebastián (633 vecinos contra 372), Paredes de Nava era como Santiago de Compostela y Valladolid era superada solamente por Toledo dentro de la Península. ¿Por qué se fueron tantos? No porque se tratase de una “raza inferior”-como decía el presidente de la Generalidad, Maciá-, no porque vivieran en una tierra mísera, como han dicho todos los políticos. ¿Por qué se fueron y por qué siguen yéndose?
   “Cuando nosotros éramos nosotros”, Castilla tenía el 83% de la población de España, pero un campesino castellano pagaba, durante todo el siglo XVI, cinco veces y media más impuestos que un ciudadano de la Corona de Aragón. Durante el siglo siguiente, pagaba 8`38 veces más cada castellano que cada aragonés o catalán. Después de la reforma del gran azote de Cataluña, Felipe V, un castellano pagaba 29`5 reales de impuesto, mientras un catalán pagaba solamente 11`5. Las razones de las luchas independentistas catalanas y vasconavarras son las razones del deseo de no pagar. “Los que tiran la piedra se vendan enseguida la mano”, decía Gonzalo. Y D. Francisco de Quevedo escribía al Padre Nuestro Señor Felipe IV:
En Navarra y Aragón
no hay quién tribute un real;
Cataluña y Portugal
son de la misma opinión;
sólo Castilla y León
y el noble pueblo andaluz
llevan a cuestas la cruz.
   Pero ¿de qué sirven ahora los agravios de la historia? Hoy mismo una imprenta burgalesa paga de impuestos un millón de pesetas al año; la misma imprenta en Navarra paga 50.000 pesetas. ¿Solución? La imprenta castellana se va a Navarra (y los que en ella trabajan también). El INI, que nace para “disminuir los desequilibrios regionales”, opina, por ejemplo, que no es rentable industrializar Castilla e instala la SEAT en Barcelona. Luego, la empresa privada (Renault) elige Castilla. De 230.000 puestos de trabajo creados por el INI, las once provincias castellano-leonesas tienen 5.000, y de naturaleza extractiva: saltos eléctricos y uranio.
   De los créditos de los nueve bancos oficiales hasta 1970, a cada español corresponderían 5.000 pesetas. Un navarro –que no paga impuestos al país común- se ha llevado 50.000; un vasco, 17.000; un segoviano, 2.000. Esta ha sido la aplicación del dinero público en estos tiempos de centralismo y hegemonía castellana.
   Ahora mismo, de un crédito para deudas de entidades locales (organizado por el difunto señor Viola siendo director general de Administración Local), de 28.000 millones de pesetas, han correspondido para todo León y Castilla menos de mil millones (la mitad del total ) para la provincia de Barcelona. Por ejemplo.
   Un constructor leonés debe cargar un 15% de impuestos en la obra en la que concurra. Si es navarro o está establecido en Navarra no cargará un duro porque el famoso Concierto le exime: se llevará, pues, la obra y esta obra se levantará en León o en Medina del Campo. ¿Por qué la sede social del TALGO de los Oriol está en Ribabellosa? Navarra se lleva 6.000 millones a cuenta nuestra.
   Los impuestos percibidos del 95% de las vacas leonesas se pagan en Cataluña a través de las multinacionales lecheras y como el que más recauda más recibe, la riqueza de Castilla se queda fuera. La leche de Hospital de Órbigo (León) se envasa condensada “bajo licencia de Granja Castelló, S.A. Mollerusa (Lérida)”, según pone en el bote.
   Si faltan vino o corderos en Castilla se realizan “importaciones de choque” para que no suban los precios al consumidor, ¿cuándo se han importado televisores en color alemanes, que valen la mitad que los fabricados en Madrid o en la sometida periferia? Hace veinte años, un campesino pagaba unos zapatos alicantinos con diez kilos de trigo; hoy necesita cien kilos. Cuando el pacto de la Moncloa autoriza subidas salariales del 22%, a los agricultores se les autoriza el 8%.
   El otro día los zamoranos (algunos de cuyos pueblos no están aún electrificados) pidieron cinco céntimos por cada kilovatio producido en la provincia. Se les dijo que no con malas palabras. Pero Castilla (un 9% de la población) produce el 23% de la energía eléctrica y nada gana con ello, salvo que se impida crear regadíos y que esa energía les cueste lo mismo que a los de Tarragona, a pesar de las pérdidas de transporte: un 20%. Los impuestos se recaudan en el lugar de la comercialización, como si la riqueza eléctrica fuera creada en Bilbao, y no junto al río Esla. De todos modos, estas provincias excedentarias de energía eléctrica han sido elegidas para instalar en ellas centrales nucleares. El hierro y el carbón leoneses mantienen vivos, con los obreros “coreanos”, los altos hornos de Avilés y Vizcaya. En Castilla, mercado para las “nacionalidades”, no se pueden montar industrias.
   Ahora, algunas cajas de ahorros castellanas se han negado a entregar su dinero al Estado centralista, que hasta hoy lo ha invertido preferentemente en las provincias periféricas. Con sólo seis meses de ahorro de las cajas se habría concluido el Plan de Tierra de Campos, que lleva diez años atascado y que básicamente ha consistido en rellenar los baches de algunas carreteras. Y lo que podría ser un paraíso para la ganadería –es el lugar mejor dotado de Europa para el crecimiento de alfalfa- es un vasto páramo vacío. No interesa regar. Interesa crear energía eléctrica para las fábricas extramesetarias.
   Los agravios se multiplican con números y documentos. Castilla se ha sacrificado por toda España y sólo ha recogido pobreza, menosprecio e insultos.

JESUS TORBADO
EL PAÍS, martes 28 de Febrero de 1978>>>
En línea
Arriaca
Comunero de mérito
*****

Aplausos: +0/-0
Desconectado Desconectado

Mensajes: 455



Ver Perfil
« Respuesta #1 : Agosto 09, 2006, 20:06:48 »


Citar
Como este artículo me lo encontré mecanografiado entre unos papeles viejos ajenos al tema me gustaría que algún forero corroborara que este texto salió en este diario


Jesús Torbado
http://canales.nortecastilla.es/literaria/autores/jesus_torbado.htm


EL PAÍS, martes 28 de Febrero de 1978:
http://www.elpais.es/archivo/hemeroteca.html?cals=0&day=28&month=2&year=1978

bajo el titulo 56 castellanos furiosos
http://www.elpais.es/diario/index.html?d_date=19780228


No encuentro nada en la tirada digital, sería interesante verificarlo.

Me edito: no es un tema castellano que le correspondería estar en Debate castellanista o incluso en Actualidad pues el expolio a castilla sigue estando a la orden del día.
En línea

"...¿Lo hueles, verdad? Es napalm. Nada en el mundo huele como eso. Me gusta el olor del napalm por la mañana. Una vez, durante 12 horas, bombardeamos una colina y al acabar subimos. No encontramos ni un cadáver de esos amarillos . Qué pestazo a gasolina quemada. Aquella colina olía... ¡a victoria!"
Hernán
Comunero de mérito
*****

Aplausos: +1/-0
Desconectado Desconectado

Mensajes: 410



Ver Perfil
« Respuesta #2 : Agosto 09, 2006, 23:27:21 »


Desgraciadamente son cosas así las que hacen a uno reaccionar (aunque sea texto dlos 70 sigue siendo actual), sin agravios parece que a uno le da igual. ¿Por qué no hay sentimiento de repulsa ante esto?porque lo vemos como pago a España, porque seguimos pensando que hay hermandad hispánica y que se nos corresponde, esa hermandad existe, pero hay gorrones y tenemos un punto flaco enorme(una línea flaca vaya), porqué deben tener beneficios si nosotros no los tenemos¿?hasta cuándo¿?si al menos fueran agradecidos...no, pardiez, son como niños egoístas.  :evil:
En línea

Si los pinares ardieron
aún nos queda el encinar.
Curavacas
Líder de la mesnada
******

Aplausos: +72/-50
Desconectado Desconectado

Mensajes: 2343



Ver Perfil
« Respuesta #3 : Agosto 10, 2006, 01:58:01 »


Ya que mencionáis al leonés Jesús Torbado, os recomendaría que leyerais su libro "Tierra mal bautizada", basado en un viaje que él mismo hizo por su propia comarca (Tierra de Campos), en los años 60.
El otro día le hicieron una entrevista en la prensa del grupo Promecal y hablaba extensamente de la decadencia del medio rural castellano.
En línea

Viva Padilla alguien grita
nadie su voz sofocara
que amapola comunera
en todo el trigal se ampara
Curavacas
Líder de la mesnada
******

Aplausos: +72/-50
Desconectado Desconectado

Mensajes: 2343



Ver Perfil
« Respuesta #4 : Agosto 10, 2006, 02:07:53 »


Por su interés, os reproduzco una entrevista a Jesús Torbado y un pequeño reportaje sobre su libro Tierra mal bautizada que se publicó el domingo pasado en la prensa de Castilla y León.

ENTREVISTA
«El viaje por Tierra de Campos me produjo tristeza literaria, no humana»
P. ALCÁNTARA (ICAL) / VALLADOL
La prueba de la vigencia de este libro es que en el cuarenta aniversario de su creación, Tierra mal bautizada, mantiene abierta la polémica por lo que contó Torbado sobre este territorio que se extiende por Palencia, Valladolid, León y Zamora. Nadie le acusó de mentir, pero «les molestó que les pusiera delante del espejo», asegura el escritor recordando el viaje de 600 kilómetros que realizó en el verano de 1966. Durante años, en despachos oficiales condenaron sentencias tan enjundiosas como: «En esta comarca no hay sitio para los fantasmas ni para la imaginación. Apenas hay sitio para los hombres» y el vaticinio: «Es tierra para morir».

Después de cuatro décadas, ¿considera que su libro fue un pecado de juventud?

Fue pura intuición, porque con 23 años, que es la edad que yo tenía entonces, uno cuenta lo que le parece sin respeto a nadie ni a nada. Es la gracia que el libro tenía y lo que menos gustó a mucha gente. Cuando hablas de un pueblo, de una comarca o de una ciudad, si los ensalzas, enseguida te dan una medalla; si cuentas la realidad, lo más fácil es que te manden al alguacil, o te den una patada en el culo.

¿Cómo se le ocurrió emprender este viaje por Tierra de Campos?

Es una historia simpática, porque no se me ocurrió a mí, sino a Camilo José Cela, que entonces era el director de la Editorial Alfaguara, donde yo acaba de ganar el primer premio de novela con Las corrupciones. Cela pretendía hacer una Geografía Literaria de España que, en el fondo, era crear un grupo de discípulos o imitadores de su Viaje a la Alcarria.

Y usted le realizó la propuesta...

No tenía otra cosa que hacer y dije que sí. Le propuse un relato sobre Tierra de Campos, región que conocía bien porque yo había vivido de niño en un pueblo cercano a Sahagún y recorrido de joven algunas otras zonas, porque mi padre fue maestro en Herrín y Gallegillos.

Lo sorprendente es que, aunque encargado, Cela se negó a publicarlo...

Creo que porque veía que no era un libro inspirado en su obra. A él le gustaba que le imitasen y, de hecho, los dos o tres que se publicaron eran unos pastiches de Viaje a la Alcarria. Tierra mal bautizada no se parecía en nada. Así que me dijo que no encajaba en su proyecto. Lo mandé a Seix Barral y lo publicó sin más.

Podría decir que este libro fue inspirado por Cela y lo escribí porque no tenía otra cosa que hacer.

A los 23 años, ¿ya tenía pensado escribir sobre sus viajes?.

No. A mí lo que más me gustaba era viajar, no ser escritor. A esa edad, ya había recorrido muchas leguas. La oportunidad de escribir un libro de viajes se compaginaba con mi carácter y mi vida de entonces. Por eso lo acepté sin dudar y me eché al campo en pleno verano por Tierra de Campos, que es lo que tenía más cerca. Podría haber escrito un libro sobre Francia o Dinamarca, que fueron otros destinos de adolescente enloquecido, que ya había realizado.

Cuando se lee su relato sobre Tierra de Campos se tiene la sensación de que acabó con una profunda desazón por lo que vio.

No especialmente. Me produjo tristeza literaria, que no humana. Yo había vivido parte de ese mundo de chaval y me parecía divertidísimo. No veía que la gente echara de menos nada. Recuerdo los veranos trillando en la casa de mi abuelo, con la gente durmiendo en las parvas, «los veraneros», que llamaban así a la gente que contrataban para cosechar. Me parecía una vida mucho más alegre que ahora, porque actualmente las ansias de consumo y la televisión han corrompido un poco ese apego a la vida cotidiana.

Supongo que había gente que lo pasaba mal, pero se contentaban con lo que tenían. Los castellanos siempre fueron demasiado parcos, pero yo no vi tristeza, sino una acomodación a la vida, que probablemente viene de la Edad Media.

¿Qué echó en falta en la gente de Tierra de Campos?

Seguramente, la falta de empuje y de entusiasmo de la población, que ya entonces era una actitud de la Meseta que viene del siglo XVII y creo que se mantiene. Es un exceso de acomodarse a lo que hay. Pocas ganas de luchar, un ensimismamiento en el pequeño mundo y, sobre todo, que la gente con un poco de energía acaba marchándose, porque le hacían la vida imposible.

Destaca usted en este viaje la desconfianza de la gente y el individualismo.

Yo no soy un sociólogo, ni un psicólogo. A mí, me ha molestado siempre el arte de generalizar. «Todo es así», y no es verdad. Yo no me propuse estudiar nada en concreto, sino contar lo que veía. Es lo que reflejé, lo que observé, no tuve una intención predestinada de luchar por algo.

Si tiene muy presente las opiniones de Julio Senador, a principios del siglo XX, uno de los personajes que, con más tesón, criticó la situación del campo castellano denunciando el abandono secular que padecía.

Este mensaje chocaba con el que ofrecían los poetas oficiales españoles de aquella época que daban una visión brillante, optimista y lírica de España. Un organismo franquista organizó unos viajes literarios, que luego se publicaban en la Gaceta Literaria. Uno fue a Tierra de Campos y, claro, cuando lo leí me quedé indignado y furioso ante aquella falsificación de la realidad que yo conocía. Quizás ese fue otro motivo que me hizo elegir este destino y buscar otros testimonios, como el del notario de Frómista, Julio Senador.

Porque usted, a diferencia de los poetas, cuando se acercó a miradores como los de Autilla, no vio ese «gran mar infinito».

Eso lo vieron los poetas. Yo me encontré con una tierra muy dura, casi un predesierto donde se talaron casi todos los árboles para obtener más terreno cultivable.

Si, además, cuando citas a Paredes de Nava escribes que cuatro iglesias fastuosas estaban en ruinas, pues algunos se enfadan.

Se mantiene vigente el pensamiento de Senador.

Ha cambiado la fisonomía de muchos pueblos, en algunos se ha producido un empuje, pero el fundamento no ha variado. Cuando voy a Tierra de Campos tengo la sensación de que aquello está condenado a convertirse en un desierto, porque no ha existido un gobierno español que haya puesto interés en mejorar, no solo esta comarca, sino toda la Meseta.

Si Tierra de Campos está mal bautizada, ¿como habría que denominarla?.

Yo no cambiaría el nombre. Es una metáfora que describe una situación histórica. Por un lado, una comarca muy católica, pero que no le sirvió de nada. Por otro, una zona que exportó gente estupenda a medio mundo y se quedó en nada. Todo ese número de iglesias, muchas perdidas, o de castillos fantásticos, también en ruinas, le vino de Carlos I y de su enfrentamiento con los Comuneros, y aún no se ha recuperado.

Sensación amarga ante el futuro, pero enamorado de este territorio.

A mí Tierra de Campos me gusta mucho estéticamente. Ese semidesierto, con colinas amarillas, ese paisaje que levantas la cabeza y ves la Cordillera Cantábrica desde 100 kilómetros, me sigue entusiasmando. Incluso me gusta ese clima tan bronco. Me gustan las casas de adobe y los palomares. Incluso el poder hablar con esa gente mayor que aún vive allí, tan áspera, pero con un conocimiento portentoso del terreno y un habla muy rica.

¿Repetiría el viaje cuarenta años después?

A mí no me importaría volver a realizarlo. Ahora en otoño, no en verano. Pero creo que el carácter tradicional, las canciones, las palabras, que era lo que a mí más me gustaba, se han perdido. Ya la gente habla lo mismo; la Televisión ha unificado todo.

Por cierto, con poco más de veinte años era un viajero impenitente.

La verdad es que sí. Había llegado en autostop hasta Copenhague en busca de unas chavalas que no encontramos. También recorrí media Europa y realizado una vuelta a España por la costa, también en autostop. Tardé tres meses en completarla, escribiendo crónicas para un semanario que se llamaba Signo, una revista de la HOAC, (Hermandad Obrera de Acción Católica). Con 18 años entré de redactor y fue una buena escuela de periodismo. En verano se me ocurrió mandar crónicas de la España en desarrollo. No tenía un duro, pero fue muy divertido.

Poco tienen que ver estos viajes con el turista de ahora.

El turista es un producto moderno. Es el que viaja porque sí. Para consumir, no va a nada en concreto y se confunden con eso que yo llamo el vacacionista. El espécimen que yo practicaba era el del viajero en autostop y con mochila. Ahora ya no se hace.

Tierra de Campos, nada más
Con éste se inicia una serie de siete reportajes dedicados a los lugares por los que transitó Jesús Torbado para escribir ‘Tierra mal bautizada’
P. ALCÁNTARA (ICAL) / VALLADOL
Hace cuarenta años, Jesús Torbado, encontró emigración, ruina y abandono, en su viaje por Tierra de Campos. Utilizó una metáfora, tierra mal bautizada, para definir lo que contempló en ese mítico peregrinaje por la más extensa comarca castellano y leonesa, que se expande, como una gran mancha de aceite, por Palencia, Valladolid, Zamora y León. El escritor leonés, no era ese viajero extranjero que, por primera vez, se acercaba a estas llanuras. Tampoco el poeta cursi que rima endecasílabos convirtiendo un secarral en el más maravilloso paisaje. Sus reflexiones de andorrero fueron las del hijo enamorado del terruño que regresa y escribe lo que ve. Eso sí, con la osadía y el descaro de quien no tiene compromisos, ni ataduras. Su relato, como él mismo cuenta, es un espejo de la época.



PREMONICIONES. Cuatro décadas después, la Agencia Ical ofrece una nueva visión de estas siete etapas en las que dividió su viaje el autor de novelas como El Peregrino. Hoy, Tierra de Campos continúa perdiendo habitantes, pero no se han cumplido algunas de las premoniciones que Torbado avanzó en Tierra mal bautizada. Así, en estos años, ningún pueblo ha desaparecido. Bien es verdad que siguen cayéndose tapiales de adobe, pero otros muchos edificios se reconstruyen y vuelven a la vida. Incluso se ha repoblado uno de esos pueblos, Amayuelas de Abajo, al que sus nuevos moradores han denominado como el «primer pueblo ecológico de Castilla y León».

No es la única recuperación; las charcas de Villafáfila, Boada, la Nava o Tamariz, han pasado a ser humedales protegidos por la Unión Europea y señalados como lujosos hoteles acuáticos, donde recalan miles de aves migratorias. La avutarda ha pasado a ser la imagen de la comarca y los bandos de esta voluminosa ave, motivo de orgullo, porque en estos páramos vive la mayor población europea.

También los rebaños de ovejas recorren aún esta estepa, aunque no es difícil que los pastores que las ordeñan hablen búlgaro o polaco. Un pueblo de apenas 200 habitantes, como Urones de Castroponce ha abierto un teatro. La capilla de los Benavente ha recuperado su antiguo esplendor y aún sobrecoge contemplar su decoración barroca. El Canal de Castilla, «ese alocado proyecto de gigantes», reclama un mayor protagonismo turístico, pero, al menos, un barco recorre el tramo final en Rioseco. Precisamente, para atraer viajeros, el Castillo de Ampudia, el de Montealegre, Monzón y Grajal, han cambiado de uso. Otras iglesias, como la de Santa María, en Cuenca de Campos, se ha convertido en un remozado centro cultural; mientras que la del Templo, en Villalpando, de afamada discoteca, pasará a albergar el futuro Museo del Queso.



ganas de hacer. Frente al continúo goteo migratorio, -nadie se marcha de poder evitarlo-, han recalado nuevos pobladores. Villamartín es la constatación de que para montar una empresa, el territorio no es obstáculo, es mucho más importante contar con un buen proyecto y ganas de desarrollarlo. Los patés que se producen en esta localidad palentina lo confirman. Mucho más sorprendente es jugar al golf envuelto entre palomares, y quita el hipo un viaje en un pequeño ultraligero, despegando desde una improvisada pista en un trigal a las afueras de Fontihoyuelo.

Desde allí arriba, la idea del llano absoluto es la primera percepción que el viajero obtiene de Tierra de Campos. Cielo y tierra. Nada más. Ni el poeta Juan José Cuadros no necesitó de más palabras para definirla: Tierra de Campos, nada más.
En línea

Viva Padilla alguien grita
nadie su voz sofocara
que amapola comunera
en todo el trigal se ampara
Hernán
Comunero de mérito
*****

Aplausos: +1/-0
Desconectado Desconectado

Mensajes: 410



Ver Perfil
« Respuesta #5 : Agosto 14, 2006, 22:30:30 »


Bien bien Curavacas, un resumen algo extenso, pero interesante. :wink:

Créeis que la situación acabará antes o después como creyó J.Torbado¿?
Pensáis que las causas son las mismas¿?demasiados impuestos¿?si alguien puede aportar datos más recientes (más o menos 25años más recientes... :twisted: ) nos haría un favor, porque es algo en lo que podemos profundizar para salvarnos. No pretendo competir con los países del este europeo, pero si podemos atraer-retener aunque sólo sea a las empresas españolas...joder, es un comienzo y una cura.

Por qué se desaprovecha tanto terreno¿?tanta gente¿?es que no se ven las posibilidades¿?insensatos!!
En línea

Si los pinares ardieron
aún nos queda el encinar.
ORETANO
-Mesta-
Líder de la mesnada
*

Aplausos: +35/-25
Desconectado Desconectado

Mensajes: 4316



Ver Perfil
« Respuesta #6 : Agosto 16, 2006, 10:57:54 »


¿De qué habla, de Tierra de Campos o de La Mancha? :wink:
En línea

De vez en cuando es bueno recordar la clase de persona que se quiso ser.

Arthur Miller
Aranjuez
Comunero veterano
****

Aplausos: +1/-0
Desconectado Desconectado

Mensajes: 197



Ver Perfil
« Respuesta #7 : Agosto 16, 2006, 14:50:07 »


Sería interesante publicar aquí documentos como el que abre el hilo. Muy bueno.

¿Pq ningún partido ni político castellano ha explicado y explotado ese y otros muchos agravios? la respuesta es bien sencilla, se deben a la mano/partido/jefe que les da de comer, no al pueblo que les votó. ¿Se pueden considerar representantes del pueblo?, ¿es eso democracia?. Entiendo que no, que la democracia es la primera victima, es claramente puenteada. Castilla necesita partidos castellanistas, que no ovedezcan a intereses estatales sino castellanos. La experiencia dice que las regiones que miran SOLO por ellas les va mejor, el resto tontos útiles.

Y si El Pais hoy no fomenta el castellanismo es pq no le interesa al grupo Prisa. En la periferia sus ediciones si son fuertemente nacionalistas, todo sea por captar mercado local. La izquierda es así de flexible, siempre te dicen en cada sitio lo que quieres oir, españolistas en Extremadura y Castilla y catalanistas en Valencia y Cataluña...y ahora tb en Galicia que es lo que vende.

No sé hasta que punto puede decirse que una comunidad es autónoma si quienes la dirigen no lo son.
En línea
Páginas: [1]   Ir Arriba
  Imprimir  
 
Ir a:  

Impulsado por MySQL Impulsado por PHP Powered by SMF 1.1.12 | SMF © 2006-2009, Simple Machines LLC
SMFAds for Free Forums
XHTML 1.0 válido! CSS válido!