Yo entiendo a la gente de Villaconejos.
Cuando yo era un chaval, en Villaverde, concretamente en el barrio de Oroquieta, teniamos a nuestro "Calvo", este hacia llamarse "el Titi". Un sujeto que se dedicaba a pinchar los pechos de las chavalas, y a desgarrarles el lóbulo de las orejas arracándoles los pendientes, además de robar todo coche que estaba a su alcance.
La gente, desbordada y harta, salió a por el, y consiguió escapar saltando a un tren en marcha desde el puente que cruza la estación de Villaverde Bajo. En plan "misión imposible".
Aquello, fue mano de santo. Desapareció durante años, y cuando volvió por aquel barrio, no era ni su sombra. Una incognita, pero muchas teorías sobre aquel cambio.
Es lamentable que la gente se vea en esas situaciones, y que no sea el sistema judicial quien lo solucione.