Una cosa es que en C-L se peque de regionalistas y otra que en el resto de Castilla no se desee el bien y además se trabaje con constancia por sus necesidades. TC en C-L peca de regionalista, sí, pero es normal, ilógico y no congruente con sus ideas, pero normal. ¿Queremos cobrar voz en C-L y que la gente vea que TC es capaz de hacer una buena gestión y el contagio se vaya haciendo generalizado en otras comunidades? Lo que me parece bastante grave es el hecho de que en el día de Castilla, Villalar se esté hablando en términos tan regionalistas. El PNV en el Aberri Eguna se cansa de hablar de la unión de los 7 herrialdes, y en la vida cotidiana es más autonomista que CiU. Con esto quiero decir, que a sus adeptos les trata con un aire nacionalista claro y a sus votantes, con un aire autonomista.
Es normal pero peligroso.
Si TC se identifica demasiado con Castilla y León, en el supuesto de que un día llegase a alcanzar cuotas de poder elevadas la construcción de Castilla solo podría hacerse desde la hegemonía de Castilla y León, entiendase, no porque fuese más ni menos importante sino porque sería el motor impulsor.
Este supuesto presupone que el resto de autonomías castellanas, estimuladas por el ejemplo de Castilla y León acabarían por subirse al carro.
Pero esto solo sería posible en el caso de que el resto de autonomías A- no tuviesen un poryecto alternativo y B- reconociesen algún tipo de liderazgo a Castilla y León, como cabeza del proceso.
Sucede sin embargo que las otras cuatro autonomías A- tienen proyectos alternativos (el cantabrismo, el regionalismo riojano, el mancheguismo y el cosmopolitismo madrileño
) y B- ninguna de ellas parece dispuesta a aceptar algún grado de liderazgo a ninguna de las otras cuatro.
La consecuencia es que por esa vía TC acabará convertido en un partido de Castilla y León y la reunificación de Castilla en un imperio Castellanoleonés sin ningún futuro fuera de esa autonomía.
La reunificación de Castilla es un proyecto al que el castellanismo no puede renunciar nunca, ni siquiera en nombre del pragmatismo que a nivel personal tanto me gusta aplicar. Pensar que haciendose fuertes en el norte se conseguirá arrastrar al sur es una locura a día de hoy. Si el norte desarrolla una aguda conciencia nacional castellana y el sur no lo acompaña en esto cualquier intento por extender desde el norte hacia el sur esa conciencia será interpretado en el sur como una agresión imperialista a la identidad propia y en consecuencia la rechazará con contundencia ¿por que fracasa el proyecto de Paises Catalanes en Valencia? Simplificando, porque la aplastante mayoría de la población los considera un proyecto impuesto auspiciado por un vecino norteño agresivo y expansionista...
En el norte y en el sur Castilla debe ser defendida como una sola. En nombre del pragmatismo TC en el norte puede diseñar un programa para el norte, pero no debe dejar de ser defensor de Castilla en su conjunto. En nombre del pragmatismo se pueden omitir aspectos del debate territorial pero lo que no se puede ser es defensor del "status quo"
Se pueden omitir las definiciones controvertidas, se puede desacelerar la construcción de Castilla para andar el camino asentando bien los pies aunque implique ir despacio, muy despacio. Pero "Castilla" debe estar siempre en el discurso aunque ese discurso se adapte a las circunstancias o se endulce para no abrumar al electorado con proyectos ideales.
Esa deriva castellanoleonesista de que hablais no tiene buena pinta.