Galicia es un caso que ahora me pilla cerca (por motivos personales y de trabajo) y la verdad que es un caso también importante de cómo se resucita un nacionalismo desde el laboratorio.
Que existe una identidad nacional gallega, una lengua propia, una cultura tradicional diferenciada y una literatura y tradición distintas creo que es algo evidente. Basta con recorrerse Galicia para comprobarlo.
Ahora bien, el sentimiento galleguista desde el punto de vista nacionalista era desde siempre secundario. Y al contrario de lo que puedan argumentar otros, no por una opresión fascista contra la identidad, argumento que muchos buscan para justificar su nacionalismo.
En Galicia se ha hablado siempre en gallego, se sigue hablando gallego, se sigue viviendo una cultura gallega.
Pero no ha habido ningún problema con la convivencia con España.
Yo tengo amigos que hablan y piensan en gallego, que consideran y con razón que Galicia es una nación, y no se plantean idílicas independencias sostenidas sobre mitos que carecen de pedestal lógico y argumentado.
Sin embargo, desde la filosofía del invento de la patria, de un tiempo a esta parte se está construyendo el mito: Breogan, A revolta dos Irmandiños, incluso una reivindicación prolusista (reinventándose el gallego) para intentar demostrar que no son parte de España.
Me entristece ese invento, esa recreación interesada de la Historia (tan propia del nacionalismo no respetuoso con otras corrientes), aunque seré el primero en defender que Galicia (ojo, el término "Galiza" es otro invento, pues no ha existido jamás) es una nación.
Y visto mis lazos a este paso tendré que pedir la nacionalidad gallega, jejeje.